martes, 29 de julio de 2014

La revolución de la astrología con cartas heliocéntricas

Traducción de los dos primeros capítulos de Revolutionizing Astrology With Heliocentric, de T. Patrick Davis-PMAFA, Windermere, Florida, 1980.



CAPÍTULO I

Descubrimiento

     Hacia finales de Agosto de 1979, los meteorólogos comenzaron a mencionar un huracán que tenía su origen en el Océano Atlántico. Parecía dirigirse hacia el centro de Florida. Según pasaban los días, la preocupación aumentaba. Los residentes de Florida eran advertidos en cada informativo de la velocidad del huracán y su última latitud y longitud.

     Siendo nueva residente de Florida y no habiendo experimentado nunca un huracán, yo escuchaba atentamente cada noticia y los consejos sobre cómo prepararse para este suceso de dimensiones cósmicas.

     Como astróloga, tenía curiosidad por ver si las configuraciones planetarias podrían predecir algo que yo pudiera reconocer. Una computadora recién adquirida Digicomp DR-70 proporcionaba las habituales posiciones planetarias geocéntricas (centradas en la Tierra). Mientras estudiaba la carta creada, recordé que los que se ocupan de la relación entre la energía solar y las perturbaciones de radio usaban las posiciones planetarias heliocéntricas (centradas en el Sol).

     Mi nueva computadora tenía un botón marcado como “helio”. Nunca lo había pulsado. Entonces lo hice. Este iba a ser un momento importante en mi vida –pero no lo comprendí en ese momento.
 
     La carta heliocéntrica fue dibujada y los dos sistemas comparados. Ambos tenían configuraciones altamente peligrosas pero pensé que el patrón heliocéntrico parecía peor que el geocéntrico. Marte estaba aspectando tanto a Venus como a Saturno; Mercurio estaba formando una cuadratura con Plutón. Con todo esto, me parecía que iba a ser un huracán asesino. Por desgracia, estaba en lo cierto. Dañó la costa este de Florida y finalmente se perdió de vista y decayó su fuerza destructiva. Era la primera semana de septiembre. El fin de semana del Día del Trabajo resultó ser un laborioso periodo en el que se tomaron medidas de precaución, se hicieron preparativos, y a continuación hubo que cambiarlo todo de nuevo.

     El huracán fue memorable y ese botón “helio” en mi computadora estaba situado justo enfrente de mi. Resultó ser muy fácil de usar. Mi curiosidad me llevó a introducir mis datos natales en la computadora para ver qué patrones planetarios heliocéntricos podían distinguirse. Automáticamente, sin pensarlo, dibujé las posiciones planetarias en mi habitual círculo de casas de mi carta natal. Virgo en la casa primera.

     Con esta primera experiencia, quedé inmediatamente intrigada con la precisión con que los planetas heliocéntricos y la configuración que formaban describían ciertos rasgos de carácter y actitudes que yo tengo – especialmente algunos que he intentado en vano superar.

     Usando las interpretaciones comúnmente aceptadas para las posiciones planetarias y sus configuraciones, esta carta heliocéntrica contenía respuestas que mi horóscopo geocéntrico simplemente no proporcionaba. ¡Fascinante!

     El siguiente y bastante natural paso era mirar los planetas heliocéntricos del momento en que nació mi marido. Más sorpresas y revelaciones – incluso más que en mi propia carta. También podía comparar nuestras cartas. El cambio en los planetas del sistema geocéntrico al heliocéntrico mostraba una serie de aspectos exactos entre nuestras cartas previamente ocultos y que eran de la mayor importancia. Por ejemplo: una conjunción Júpiter-Luna quedaba a pocos minutos de un grado de exactitud, mientras que en las cartas geocéntricas esos planetas estaban separados en torno a 10º.

     Un análisis de las dos cartas, con una comparación basada sobre experiencias que abarcan más de tres décadas de matrimonio, mostró de manera muy precisa detalles astrológicos tales que una investigación más minuciosa parecía estar perfectamente en orden.


Aceptación

     Estaría lejos de la verdad suponer una inmediata y entusiasta aceptación de los planetas heliocéntricos en el horóscopo. Detesto las complicaciones y los planetas heliocéntricos eran una complicación. Mi objetivo es siempre simplificar.

     El comienzo de mi investigación fue un concentrado esfuerzo por ver si podía hallarse por algún camino la misma información en la carta geocéntrica. Un receloso, cauteloso, incluso resentido interrogatorio acompañó cada paso dado hasta que la evidencia de la importancia excepcional de las posiciones heliocéntricas llegó a ser abrumadora.

     Finalmente lo admití. Ni siquiera fui consciente de que había capitulado hasta que un amigo me pidió que diera una interpretación de un horóscopo. Me negué incluso a considerarlo hasta haber incluido los planetas heliocéntricos. La carta ya no parece completa sin esta información adicional que solamente las posiciones planetarias heliocéntricas pueden proporcionar.

     Entre estos dos periodos de tiempo – el descubrimiento y la aceptación – probé miles de diferentes tipos de cartas de muchas maneras. Con cada nueva experiencia, el sentimiento de temor o recelo de que el horóscopo se saturara se desvanecía un poco más.

     Las posiciones planetarias heliocéntricas sencillamente no pueden ser consideradas “desordenadas”. Aquí no hay nada hipotético ni cuestionable. Son aceptables desde un punto de vista científico y utilizadas por aquellos que investigan sobre factores cósmicos perturbadores o armónicos.

     Aunque los astrólogos están buscando información sobre patrones cósmicos tensos o armónicos, para aprender cómo se reflejan en la vida de una persona, han concentrado sus esfuerzos a través del sistema geocéntrico. Por esta vía han obtenido bastante información considerablemente precisa, pero también importantes huecos en la comprensión que han tratado de justificar mediante excusas bastante razonables, como planetas todavía no descubiertos, datos inexactos, falta de experiencia en el astrólogo, escasez de estudios, dificultades para proveerse de suficientes datos para proyectos de investigación, y así sucesivamente. La lista es larga para explicar la presencia de tantos “errores” en medio de tantos “aciertos”.

     Con todo, estoy personalmente desconcertada por la falta de investigación de las posiciones planetarias heliocéntricas. Este desconcierto me llevó a revisar cuidadosamente mis observaciones hasta asegurarme de que realmente había encontrado una verdadera mina de oro de información.

     Fui especialmente cuidadosa en el estudio de aquellas cartas en las cuales las posiciones geocéntricas de los planetas parecían estar respondiendo a las heliocéntricas. Concentré mi trabajo en el estudio de los planetas heliocéntricos que aspectaban al Sol – lo que en teoría está en contra de todas las normas. La misma situación se aplicaba a la Luna: un satélite de la Tierra.

     Soy plenamente consciente de que me he saltado muchas supuestas “reglas” en mi modo de abordar el uso de las posiciones planetarias heliocéntricas. Pero deberíamos recordar que estas “reglas” son sólo teorías que parecen razonables. Es bastante obvio que la naturaleza no siempre funciona del modo que consideramos más razonable. Hasta no hace mucho tiempo, todo el mundo asumía que la Tierra era plana; eso parecía lo más razonable. El investigador que empezó a decir a sus colegas médicos que unos diminutos bichitos que él llamó “gérmenes” eran la causa de muchas enfermedades provocó una risa histérica. En teoría el abejorro no puede volar, pero él no lo sabe y sigue volando.

     Me parece que tanto las posiciones planetarias heliocéntricas como las geocéntricas provocan una respuesta en una forma que, en teoría, no parece muy razonable. Yo no puedo explicar por qué esto es así. Todo lo que puedo decir es “mira lo que he encontrado”.

     Lo más importante para mí en este momento es compartir mi descubrimiento con otros astrólogos, porque creo que he encontrado una rica fuente de información precisa que no siempre puede hallarse en las cartas geocéntricas. De hecho, considero que este es el más excitante descubrimiento que he experimentado desde que aprendí lo mucho que la astrología tiene que ofrecer.

     Recomiendo a los astrólogos que añadan las posiciones planetarias heliocéntricas al horóscopo porque creo que esto revolucionará cada fase de la astrología y toda la práctica astrológica de un modo positivo y productivo. Aumentará nuestro número de “aciertos” y reducirá nuestro número de “errores”.


Experimentación

     Los primeros experimentos se llevaron a cabo en lo que podríamos describir como un abordaje “a mano armada”. Fueron completamente desorganizados. Se seleccionaron cartas al azar de mis archivos, que están divididos en varias categorías. Construía y analizaba una carta heliocéntrica para los datos de nacimiento de cada persona. Entonces la cuestión era: ¿esta nueva información añade algo a la carta o a la comprensión de la persona que no aparece en el patrón geocéntrico usual?

     En cierto número de casos en los que la experiencia de vida era bastante dramática, encontré patrones planetarios heliocéntricos que repetían los que se hallaban en la carta geocéntrica. La información era la misma o tenía connotaciones similares.

     En otras cartas no encontré patrones repetidos, sino información completamente nueva. Una valoración crítica de la nueva información me llevó a la conclusión de que efectivamente agregaba nuevos hechos vitales. Elementos de la naturaleza de la persona o experiencias para las que no podía encontrar explicación fácil o lógica en la carta geocéntrica, estaban claramente presentes a través de los planetas heliocéntricos.

     Aunque después de este procedimiento. surgieron muchas dudas respecto a la inserción de los planetas en el armazón habitual de las casas, porque las casas están esencialmente centradas en la Tierra. Pero la eficacia de las posiciones planetarias heliocéntricas en las casas fue tan rápidamente evidente que no cabía considerar otra forma de actuar. ¡Funcionaban! Los planetas en las casas ratificaban su propia validez.

     Sin embargo, decidí que sería prudente poner a prueba su potencia para producir una respuesta. Progresé el Mediocielo y el Ascendente de la carta para el tiempo en que se formaría un aspecto a un planeta heliocéntrico. ¿Coincidía este periodo de tiempo con una experiencia acorde a la influencia del planeta en el signo y en la casa? ¡Sí!

     Una vez descubierta esta clase de respuesta, el siguiente paso era probar la receptividad de los planetas a las progresiones secundarias. Activé en mi computadora la opción de progresiones secundarias para la fecha de un acontecimiento. Las posiciones progresadas se mostraron en pantalla y las dibujé alrededor de la carta natal. Este era el mismo procedimiento que usaba con el sistema geocéntrico. Para este experimento utilicé mi propia carta.

     Un acontecimiento fue seleccionado al azar. La posición heliocéntrica progresada de Mercurio era 10º de Leo – ¡en oposición a mi Sol en la carta geocéntrica! Venus heliocéntrico progresado hacía cuadratura a Mercurio en mi carta geocéntrica (algo que anoté inmediatamente), pero ambas posiciones estaban a la vez ligadas a un patrón dinámico en mi carta heliocéntrica. Más complicaciones.

     En teoría, el Sol no se debería incluir en una carta heliocéntrica, porque el Sol está en el centro. Sin embargo, la Tierra estaría en el punto opuesto al ocupado por el Sol en la carta geocéntrica. En otras palabras, cuando mi Mercurio heliocéntrico estaba a 10º de Leo hacía conjunción con la posición de la Tierra en mi nacimiento. Mercurio en conjunción con la Tierra, o, lo que es lo mismo, en oposición al lugar geocéntrico del Sol, constituye una configuración que no se menciona en los libros de interpretación. Ni tampoco Venus en cuadratura con Mercurio, el Sol o la Tierra.

     Considerando el modelo de enfoque general y la forma habitual de interpretación asociada con los planetas, esto reflejaba tan fielmente las circunstancias que yo estaba asombrada. El acontecimiento elegido para esta prueba era nuestra entrada en negocios por cuenta propia más bien que trabajando para otros. La situación global no podía estar más apropiadamente representada, al menos en mi estimación.

     ¿Se trataba de una coincidencia? ¿funcionarían los planetas progresados heliocéntricos con consistencia? Era el momento de hacer la prueba.

     Disponiendo de amplios registros y fechas de mi propia vida, parecía aconsejable hacer la primera prueba usando mi carta. Se calculó toda una serie de cartas sobre acontecimientos desde mis primeros años hasta el presente. Se usaron planetas heliocéntricos progresados y en tránsito. Otra serie de cartas en el sistema geocéntrico estaba ya disponible para la comparación.

     ¿Cuál de las dos cartas sería más exacta representando las circunstancias del momento? ¿Podría descartarse alguno de los dos sistemas? ¿Serían ambos necesarios? ¿Podría mostrarse superior el sistema heliocéntrico o mantendría el sistema geocéntrico su posición dominante? Daba vueltas en mi cabeza a cuestiones como éstas.

     En las series de cartas sobre mi propia vida, experimenté una dificultad en resolver rápidamente la mayoría de las cuestiones que quería responder. En un suceso, la carta geocéntrica era claramente superior pero en el siguiente la heliocéntrica ganaba la partida. Todo el grupo de cartas se comportó del mismo modo.

     ¿Se daría la misma situación en las cartas de otras personas? Las pruebas se llevaron a cabo sobre una amplio surtido de personas con variadas experiencias a lo largo de su vida. Utilicé incluso cartas tan notables como la del famoso artista-inventor Leonardo da Vinci del siglo XV, para confirmar que la respuesta que yo había encontrado no se limitaba al presente por alguna extraña razón.

     Los mismos resultados se encontraron en general. Ocasionalmente encontraba una carta en la que una persona parecía responder más consistentemente a uno o al otro sistema, pero esto era poco corriente. Siempre he encontrado lo que parece ser algún tipo de respuesta a ambos sistemas, pero el grado de respuesta era a menudo difícil de establecer debido a la interrelación de patrones planetarios que suele hallarse.

     Me viene a la memoria una carta especial de una mujer excepcionalmente realizada en una serie de facetas totalmente diferentes. Ella parecía responder con mucha más fuerza a los planetas geocéntricos que a los heliocéntricos en los momentos de lograr sus mayores éxitos. La principal diferencia en su carta respecto de la mayoría de las otras que probé eran sus planetas estacionarios. Ella tenía Acuario en el ascendente y su regente Urano estaba estacionario en la carta natal. También tenía Venus estacionario. En el momento en que acaparó titulares internacionales por un destacado logro, su Venus progresado estaba estacionario y Venus en tránsito estaba en su estación.

     La condición de planeta estacionario sólo es de aplicación dentro del sistema geocéntrico. Su potencia dinámica ha sido indicada en dos de mis anteriores trabajos: “Manual condensado del astrólogo” y “Agresiones sexuales: Pre-identificación de las personas vulnerables” en los cuales han sido extensamente tratados. Parece ser que mantienen su potencia independientemente del sistema utilizado.


La unión de las dos cartas

     Como no disponía de la opción de imprimir mecánicamente los gráficos, el tiempo consumido y la ardua tarea de dibujar dos cartas separadas para cada acontecimiento me llevó finalmente a buscar una forma más eficiente de probar los dos sistemas. No dudaba que los dos tipos de cartas y sistemas debían mantenerse separados. Nunca se me ocurrió la idea de una interacción. La necesidad de un modo más eficiente de comparar ambos sistemas fue el factor decisivo que me condujo al siguiente descubrimiento.

     Empecé a dibujar los planetas de ambos sistemas en el mismo círculo de casas. Para mantenerlos claramente separados, usé tinta negra para los planetas geocéntricos y tinta verde para los heliocéntricos. Progresaba entonces la carta en ambos sistemas para el momento de un acontecimiento, incluyendo la progresión del Mediocielo y el Ascendente. Por último completaba el cuadro con los tránsitos en los dos sistemas. El casi duplicado grupo de planetas en el círculo de las casas requería acostumbrarse. ¡La pulcritud es importante bajo tales circunstancias!

     La combinación de ambos sistemas parecía reflejar una evidente interacción. Mentalmente yo rechazaba esto y lo tomé como un suceso casual – una coincidencia. El concepto de una interacción desafiaba mi sentido de la lógica. Eran dos sistemas completamente distintos. Era como mezclar manzanas con naranjas.

     Esto sigue siendo todavía una cuestión incómoda en mi mente, difícil de comprender o aceptar, pero mis reticencias fueron repetidamente domeñadas por la precisión de los aspectos y lo sorprendentemente apropiado de las configuraciones para cada suceso o circunstancias.

     Mi reconsideración de la posibilidad de una interacción llegó a través de una experiencia personal. Estábamos construyendo una casa bajo unas condiciones de prosperidad en las cuales la demanda de trabajadores del ramo de la construcción excedía a la oferta. La fecha de finalización prometida por el contratista de la obra había pasado hacía meses. Los retrasos eran onerosos e incrementaban la cantidad presupuestada. Mis aspectos generales a largo plazo eran excelentes pero poco útiles para determinar una fecha precisa en la que podríamos ocupar nuestra nueva casa.

     Júpiter rige el signo de Sagitario, que se halla en la cúspide de mi casa IV – la zona de la carta asociada con el hogar. Advertí que mi Mercurio heliocéntrico progresado estaba muy cerca de formar un trígono a mi Júpiter natal, pero como se trataba de Júpiter geocéntrico enseguida lo desestimé. Debería pasar mucho tiempo antes de que Mercurio aspectara a Júpiter en el sistema heliocéntrico – y esto era preocupante.

     La actividad en la casa se reanudó y de repente requirió mi atención constante. La investigación astrológica fue abandonada para cuidar los detalles de acabado de la nueva casa, la venta de la otra casa y la mudanza. Yo estaba demasiado ocupada como para mirar las efemérides.

     Sólo una vez que me hube instalado tuve tiempo de mirar las posiciones planetarias. Sí, el rápido movimiento heliocéntrico de Mercurio había progresado hasta el trígono – exacto al minuto – a mi Júpiter geocéntrico el mismo día que dormí en mi nueva casa por primera vez. Con esta experiencia, sentí que era necesario empezar a investigar la posibilidad de que ahí hubiera una interacción. En mi propia carta, era el único aspecto de cualquier clase tan claro y preciso - ¡un planeta heliocéntrico a un planeta geocéntrico!

     Únicamente mediante repetidas y frecuentes observaciones de aspectos muy exactos podría establecerse una interacción. No podría imaginar otra manera de comprobar esta insólita y desconcertante situación. Después de tantas aparentes interacciones como he visto, todo lo que puedo decir es que si no existen entonces hay un asombroso número de coincidencias.

     La unificación de las dos cartas en una trajo todavía más información revolucionaria que era totalmente nueva para la astrología. Yo estaba estudiando la carta de alguien bien conocido por mí y me di cuenta de que una de sus dos posiciones de Mercurio quedaba exactamente en cuadratura con la otra. ¿Tendría esto algún significado o no? Empecé a estudiar cartas con este patrón. Tras reunir una muestra de buen tamaño, la cuestión planteada fue, “¿Qué es lo que estas personas tienen en común?” La respuesta era fácil de obtener porque era una parte notable de su naturaleza. Estaban constantemente ocupadas, eran personas muy habladoras y viajeras. Apenas podían permanecer tranquilamente sentadas. Sus mentes y lenguas se movían rápidamente todo el tiempo. Eran excelentes comunicadores – ¡una actividad de Mercurio!

     Este descubrimiento abrió todo un nuevo campo de investigación y experimentación. Fue especialmente en esta área donde encontré respuestas a cuestiones que me habían desconcertado durante años; siempre habían quedado sin resolver. Pero no por más tiempo. Era un descubrimiento gratificante. Si bien no pretendo haber sondeado las profundidades del significado de aspectos tales como Mercurio opuesto a Mercurio o cuadrado al Sol o en trígono a Venus, confío en lo que he escrito porque está basado en cartas de personas reales bien conocidas por mí o bien por todo el mundo y con amplia información biográfica disponible. Por fin el estudió quedó completado, mis ficheros de cartas estaban tan manoseados que parecía como si el huracán del Día del Trabajo hubiera golpeado aquí en el centro de Florida en lugar de castigar solamente la costa este.

     Otro descubrimiento muy satisfactorio fue brevemente mencionado antes: el hallazgo de repetidos patrones y configuraciones con connotaciones similares en cada sistema. Esto, además, suministró información que yo había buscado durante años – como averiguar la magnitud de un episodio particular en la vida o las circunstancias. Cuando los dos sistemas contenían la misma información, la respuesta resultante era enormemente amplificada en una clara estructura de poder.

     Habiendo hallado una poderosa estructura financiera respondía la cuestión de por qué dos personas de escasos recursos pero con una esencialmente buena segunda casa con potencial de ingresos, podían tener tan diferentes resultados en la cantidad de dinero conseguido. Uno alcanzó una vida cómoda; el otro llegó a millonario.

     Ante una poderosa estructura planetaria de potencial violento respondía a la cuestión de por qué una persona solamente tiene un carácter desagradable, mientras que otra persona con una configuración similar en la carta geocéntrica saldrá y matará - ¡una cuestión de vital importancia quedaba respondida! Las estructuras poderosas se definían más claramente sólo cuando las dos cartas estaban unidas.

     La interpretación general completa de la carta, teniendo en cuenta los talentos, intereses, obstáculos, la salud y todo lo demás alcanzó una gran claridad y plenitud con los dos sistemas unidos en un solo gráfico. En la mayoría de los casos, la nueva información puede ser verificada inmediatamente. Hasta ahora no he tenido ninguna experiencia en la que el añadido de información haya resultado ser inútil.

     En ningún momento he visto razón alguna para creer que las interpretaciones habituales o las influencias asociadas con un planeta en un signo o casa necesiten ser revisadas para acomodarse a los distintos sistemas. Lo mismo cabe decir en cuanto a los aspectos entre los planetas. Esto significa que es muy poco lo que el astrólogo practicante debe aprender en cuanto al método de interpretación o lectura de una carta. Solamente unos pocos nuevos cálculos deben hacerse para insertar los planetas heliocéntricos en la carta.


Rectificación

     Todo astrólogo se encuentra antes o después ante el reto de tener que rectificar una carta. Esta comprometida operación de tratar de encontrar un momento específico de nacimiento, a través de respuestas apropiadas para cada acontecimiento con el  cual la hora de nacimiento es puesta a prueba, ha quebrado los espíritus de muchos astrólogos durante mucho tiempo. Esto también ha provocado serios cambios en los registros de horas de nacimiento para acomodarlos a los conceptos de los astrólogos y las experiencias de influencia planetaria.

     La validez de muchos de estos cambios en la hora de nacimiento debe ser cuestionada. Aquellas personas que nunca han quedado satisfechas con la precisión de sus cartas, o que han experimentado con muchas cartas buscando una hora de nacimiento que funcione consistentemente, probablemente encontrarán que insertando los planetas heliocéntricos en la carta resolverán muchos o todos los problemas presentados. Yo diría que una revisión de la hora de nacimiento registrada proporcionaría a esas personas el horóscopo preciso que estaban buscando.


La inclusión del Sol, la Luna y los nodos lunares

     Mi honestidad me obliga a admitir que el Sol, la Luna y los nodos lunares fueron incluidos automáticamente en mi investigación inicial de los planetas heliocéntricos simplemente por inercia – nada más. Sólo tenía en mente jugar con mi computadora y la simple curiosidad. No se incluyeron por un golpe de genio ni como resultado de una revelación divina. Fue tonta suerte.

     Más tarde, como iba estando cada vez más intrigada con lo que encontraba, tuve que hacer frente al hecho de que estos factores deberían omitirse en una carta heliocéntrica. Yo estaba vulnerando todas las “reglas” de procedimiento en esta materia. Por entonces, sin embargo, ya había hecho demasiadas observaciones de lo que parecía ser una respuesta rotunda.
     
     Siguió mucha inquietud y sudor. Mi Capricornio quería respetar las reglas estrictamente. Mi Acuario quería buscar la verdad no importa dónde o cómo pudiera hallarse. Mi Sagitario me urgía a jugármela y esperar lo mejor. Mi Virgo me prevenía contra la aceptación de algo que no funcionara con precisión en todos sus detalles.

     Daremos una breve explicación para quienes no están familiarizados con los problemas presentados. Si usamos el Sol como centro, no es posible situarlo en una carta a 20º de Sagitario, por ejemplo. Pero la posición de la Tierra se calcula desde la posición del Sol y así si para nosotros el Sol se muestra a 20º de Sagitario, entonces la Tierra debe estar en el punto opuesto de 20º de Géminis. Se usa la Tierra en lugar del Sol y se sitúa en el punto opuesto al que el Sol ocuparía en un sistema centrado en la Tierra.

     Aunque podría haber eliminado el Sol substituyéndolo por la Tierra, para los propósitos de mi estudio, no parece que haya mucha diferencia según cuál de los dos lados esté ocupado. Opté por dejar el Sol en su lugar habitual. El símbolo para la Tierra, una cruz con un círculo alrededor, ha sido desplazado en la mente de los astrólogos por el símbolo que denota la Parte de la Fortuna. Resultaría confuso si en la mente se hiciera esta transición.

     La Luna es un satélite de la Tierra y no se mueve en torno al Sol como un planeta sino alrededor de la Tierra, así como los otros planetas giran en torno al Sol. Si la Luna de la Tierra hubiera de ser situada en una carta heliocéntrica debería situarse en una posición inmediatamente adyacente a la de la Tierra.

     Los nodos lunares son puntos matemáticos que muestran la relación entre el Sol, la Luna y la Tierra en un momento dado. Se utilizan para calcular los eclipses solares y lunares y están totalmente referidos a la Tierra como punto central.

     La asignación de signos a las cúspides de las casas de un horóscopo está igualmente basada por completo en la posición central de la Tierra – no en la del Sol. Los signos cambian constantemente como resultado de la rotación de la Tierra.

     Definitivamente, yo estaba quebrantando un gran número de reglas en la forma en que estaba actuando. Pero nadie estaba mirando por encima de mi hombro para criticar y seguí haciéndolo. Yo había advertido la adecuación de las posiciones heliocéntricas de los planetas en las casas del horóscopo. Necesitaría algunos argumentos muy convincentes para sacarlos de este escenario.

     Más tarde, como observé respuestas muy claras a la posición del Sol y la Luna y advertí la continua actividad de los Nodos en los cambios críticos de la vida, me sentí desconcertada y reflexioné ampliamente sobre las implicaciones de todo esto. Tanto si estaba rompiendo las reglas como si no, la precisión de lo que estaba observando era tan notable que no sabía que otra cosa podía hacer salvo continuar con la investigación. La explicación podría ser hallada más adelante. De momento la evidente interacción entre ambos sistemas estaba observada. Esto era especialmente desconcertante para mí – y todavía lo es. Sin embargo, si se produce una interacción, esto ofrece una validación de mi procedimiento.

     En las dos últimas décadas, la necesidad de datos por parte de la agencia espacial ha producido información aplicable a la astrología. Hemos aprendido que los planetas que circundan el Sol aplican presión sobre él a través de campos gravitacionales. Estos campos varían en intensidad y foco como resultado de los patrones planetarios formados. El Sol responde a esta presión con perturbaciones de marea; las enormes llamaradas del Sol son una dramática respuesta a esta presión.

     Esta actividad del Sol cambia nuestro campo magnético muy rápidamente. En otras palabras, podemos registrar el cambio casi al instante en la Tierra. El sistema heliocéntrico se utiliza para calcular estas presiones que los planetas están ejerciendo sobre el Sol.

     Siglos de observaciones empíricas por parte de los astrólogos nos han convencido a todos de que hay una clara respuesta a los patrones planetarios formados en relación a la Tierra tomada como el centro. No es irrazonable asumir la posibilidad, al menos por ahora, de que las influencias planetarias nos lleguen de dos maneras: a través del sistema centrado en la Tierra, así como a través del sistema centrado en el Sol, bien directamente o bien como un acción reflexiva o reactiva del Sol. Ambos están registrados dentro de nuestros cuerpos con la consiguiente mezcla o interacción. Al fin y al cabo, no parece tan descabellado que el sistema heliocéntrico deba encontrar su enfoque a través de las casas de orientación terrestre.


Comprobación de la combinación de sistemas

     Tenía un gran deseo de encontrar una forma de comprobar mis aparentes descubrimientos. Necesitaba una prueba para convencerme de que no había huido de la realidad. Contacté a dos personas con formación estadística y les pedí sugerencias sobre cómo actuar.

     Sus respuestas fueron cuidadosamente consideradas y pasé mucho tiempo intentando diseñar una forma de seguir sus sugerencias sobre la realización de una prueba “científicamente aceptable” de mis hallazgos.

     Cada posible procedimiento analizado resultó conllevar tantas dificultades que antes de comenzar pude ver que debería trabajar muy intensamente para al final no alcanzar nada concluyente o útil. En efecto, no habría demostrado nada. Sólo tendría una amalgama de números sin sentido.

     Por ejemplo: Venus heliocéntrico progresado hacia la conjunción con el Sol parecía conllevar una promesa de resolución de varias cuestiones al mismo tiempo. Teóricamente, el Sol no debería aparecer en una carta heliocéntrica y no debería haber una experiencia claramente relacionada con los asuntos asociados con Venus o el Sol cuando formaban una unión. Una prueba semejante también podría tener un efecto de validación de la eficacia de las progresiones basadas sobre la clave de día-por-año – si es que esto funciona.

      Reuní cartas de aquellas personas que habían experimentado esta conjunción de Venus heliocéntrico al Sol. Anoté cuidadosamente el periodo de tiempo durante el cual se producía la conjunción y las experiencias vitales de ese momento. Fue en este punto que empecé a ver las complicaciones para resolver la cuestión en un nivel científicamente aceptable, al menos según el paradigma actual.

     El primer problema que se presentó fue que no tenía un grupo de cartas en las que el Sol estuviera en el mismo signo, en la misma casa, o rigiera la misma casa a través de la posición de Leo en el horóscopo. El signo ocupado y las casas afectadas se activaban dinámicamente y coloreaban fuertemente el resultado.

     El segundo problema era que Venus regía una variedad de cosas en el grupo de cartas y añadía esos factores a los resultados finales.

     El tercer problema surgió en relación con el sexo y la edad del individuo. Los niños y las mujeres respondían a esta conjunción de diferente forma que los adultos o los hombres.

     El cuarto problema era que la variedad de aspectos que hacía el Sol en la carta natal tenía una poderosa influencia sobre los resultados finales.

     El quinto problema era que, con demasiada frecuencia, otros aspectos estaban simultáneamente activos y algunos tenían connotaciones similares o incidían sobre la conjunción Venus-Sol. ¿Cómo podía establecerse la separación de influencias? 

     El sexto problema era que este aspecto señalaba un tiempo en el que la persona se sentía feliz y optimista, pero si el Sol estaba poderosamente afligido esta felicidad era pasajera y seguida rápidamente por la disolución en un estado de devastación. Cuando estas personas eran interrogadas sobre el periodo de tiempo involucrado, sus respuestas reflejaban esta combinación de experiencias.

     Nadie discutirá la existencia de un estado de felicidad y satisfacción, pero esta es una condición totalmente subjetiva que tiene lugar dentro de una escala móvil que va desde un mínimo hasta el éxtasis de felicidad. En sólo un día, se puede experimentar toda la gama de esta condición. El problema es que estar feliz y contento no se presta fácilmente a ser convertido en un número que pueda ser procesado por un ordenador.

     El séptimo problema se refiere a los estadísticos que decidirían si una prueba era o no “científicamente aceptable”. Ellos siempre parecen estar mucho mejor informados acerca de las estadísticas que sobre astrología. Hay muchos que encontrarían algo que criticar o algún fallo con una muestra de inmensas proporciones simplemente como un ejercicio de sus aspectos Mercurio-Marte sin Venus. Ellos convenientemente pasan por alto el hecho de que los principios básicos de la astrología, que han resistido la prueba del tiempo – como la asociación de Marte con la agresividad – fueron desarrollados por hombres con solamente un puñado de cartas para estudiar – ¡por supuesto, no una muestra de 71535 cartas! E incluso con este número de cartas en una muestra, ¡estos estadísticos mantendrían la opinión de que nada había sido realmente probado!

     En el proceso de estudio de mis cartas con conjunciones de Venus al Sol, mientras honestamente me esforzaba en hallar una forma de probar esto, llegué a estar realmente satisfecha acerca de que ahí había ciertamente una respuesta claramente asociada al tiempo en que el aspecto era eficaz en la carta. Algunas de estas cartas se presentan en este libro para mostrar la variedad de experiencias posibles y cómo todos los factores de la carta intervienen en la respuesta.

     Hasta ahora, no he sido capaz de encontrar un método que resuelva todos los problemas que debo afrontar para alcanzar resultados significativos y útiles. Aunque he mencionado solamente Venus-a-Sol, otras combinaciones y tipos de pruebas fueron analizadas para ver si serían más fáciles de manejar. Semejantes o diferentes problemas surgieron cada vez.

     Por ahora, he abandonado los intentos de lograr una prueba “científicamente aceptable” y estoy esperando que otros, con más pericia estadística, acompañada de profundos conocimientos astrológicos, puedan encontrar una forma de abrirse camino a través de este laberinto hasta la meta deseada. Mis conclusiones deben ser evaluadas por colegas según el tradicional método empírico.

     La complejidad de esta ciencia/arte casi desafía la imaginación. Solamente aquellos que se han ocupado de ella diariamente durante un largo número de años pueden comprender completamente esta declaración. La astrología tiene principios extremadamente simples en medio de complejidades infinitas.

     Albert Einstein comprendió esta clase de situaciones y en su libro “En mis últimos años”, publicado en 1950, hizo una declaración que puede aplicarse a la astrología.
     “Ciertamente, cuando el número de factores que entran en juego en un complejo fenomenológico es demasiado amplio, el método científico fracasa en la mayoría de los casos. Sólo tenemos que pensar en el tiempo, que es imposible de predecir, incluso desde pocos días antes. Sin embargo, nadie duda que nos enfrentamos con una conexión causal cuyos componentes son en general conocidos por nosotros. Los acontecimientos de este tipo están más allá del alcance de una predicción exacta por la variedad de factores en funcionamiento, no por alguna falta de orden en la naturaleza."


CAPÍTULO II

Conclusiones

1 ]     Insertando en un horóscopo geocéntrico las posiciones heliocéntricas de los planetas en el momento del nacimiento revolucionará la práctica de la astrología en cada fase de su aplicación. Desconcertantes vacíos de conocimiento serán llenados. Se manifiestan poderosas estructuras. El horóscopo llega a ser nítido, claro y fácil de interpretar correctamente.

2 ]     Ninguna carta es adecuada por sí misma. Tanto las posiciones geocéntricas como las heliocéntricas de los planetas son necesarias para la mayor precisión.

3 ]     La influencia de los planetas heliocéntricos no se limita a un solo plano de existencia sino que actúan sobre los niveles físico, mental, emocional y espiritual de la misma manera que los planetas geocéntricos.

4 ]     La progresión de los planetas heliocéntricos, según la técnica de día-por-un-año, funciona con tanta efectividad como la de los planetas geocéntricos.

5 ]     Las posiciones en tránsito de los planetas heliocéntricos resultaron ser tan efectivas como las del sistema geocéntrico.

6 ]     La posición de los planetas heliocéntricos debe calcularse por el mismo procedimiento seguido en el cálculo de los planetas geocéntricos. El GMT para la hora de nacimiento se usa para interpolar entre las posiciones dadas en las efemérides para el día de nacimiento y el día siguiente.


Interpretación de los planetas heliocéntricos

1 ]     Los planetas heliocéntricos en un signo y en una casa deben interpretarse exactamente igual que se ha hecho siempre con sus posiciones geocéntricas. Denotan otra faceta de interés o impulso en la persona que se percibe tan poderosamente como la posición geocéntrica.  

2 ]     Los planetas heliocéntricos en aspecto con otros planetas heliocéntricos deben interpretarse exactamente igual que se ha interpretado siempre el mismo tipo de aspectos para posiciones planetarias geocéntricas.

3 ]     Cuando un planeta heliocéntrico está dentro de un par de grados de un aspecto al Mediocielo o al Ascendente, su poder en la vida es considerablemente más fuerte que si no hace contacto. Se convierte en una influencia dominante bajo estas circunstancias y debe ser interpretado de acuerdo con los principios básicos asociados con el planeta y el signo que ocupa.

4 ]     Cuando planetas heliocéntricos aspectan a planetas geocéntricos, y muy especialmente entre planetas de movimiento rápido, debe usarse un orbe reducido y deben interpretarse de acuerdo con la naturaleza básica de su influencia.

5 ]     Un planeta heliocéntrico fuertemente aspectado es más significativo en la vida que uno débilmente aspectado, tal como sucede con los planetas geocéntricos.

6 ]     Un planeta heliocéntrico sin fuertes aspectos, o no aspectado, funcionará a través de su posición en signo y casa más bien que de un modo independiente como una faceta separada del resto de la vida. Debe interpretarse de ese modo. Se mostrará como una más “pura” manifestación del planeta en un signo y casa que cuando está mezclado con otros asuntos a través de los aspectos.

7 ]     Cuando el planeta regente de una casa ocupa dos lugares ampliamente separados en la carta, el interés será propagado hacia ambos lugares. No se debilitará; irá en ambas direcciones. EJEMPLO: Si Mercurio rige la casa séptima en la carta y uno de los Mercurios se halla en la casa quinta mientras el otro está en la novena, ambas posiciones describirán al cónyuge hasta un grado asombroso. También describirán los intereses mentales y dinamismos de la persona representada por el horóscopo.

8 ]     Aunque hay una interacción entre los sistemas geocéntrico y heliocéntrico, supongo que un aspecto entre planetas en el mismo sistema es más potente que en los dos sistemas mezclados. Resulta muy difícil determinar la magnitud de la influencia entre los dos sistemas.

9 ]     En el horóscopo progresado, los factores que forman los aspectos más cerrados, y muy especialmente aquellos que son “tocados” por el Mediocielo o el Ascendente natal o progresado serán los más activos y sensibles en ese momento – independientemente de si son planetas geocéntricos o heliocéntricos.


Estructuras poderosas

1]     Las estructuras más poderosas se forman cuando se encuentra el mismo tipo de información en las posiciones geocéntricas y en las heliocéntricas de los planetas, o si las cartas geocéntrica y heliocéntrica mezclan fuerzas para acentuar el contacto. Si los ángulos de la carta están también en contacto estrecho con una configuración planetaria se puede afirmar con seguridad que el significado de esa configuración será de la máxima importancia durante toda la vida.

2]     Las estructuras poderosas pueden ser indicadas por los aspectos, por las casas ocupadas, por los signos ocupados, por factores con el mismo tipo de significado, por contactos con uno o más ángulos de la carta y por una interacción entre las posiciones geocéntricas y heliocéntricas.

3]     Las estructuras poderosas proporcionan al astrólogo una imagen más clara de la magnitud de un talento, un rasgo de carácter, circunstancias personales, obstáculos y/o ventajas excepcionales. EJEMPLO: Aquellas personas cuyas cartas natales muestran patrones de magníficas expectativas financieras o de fortuna tanto en la versión geocéntrica como en la heliocéntrica, pueden nacer pobres, pero llegarán a ser muy ricos. Quienes nacieron ya en una situación financiera estable de riqueza no desarrollarán el mismo argumento, porque esto formaba ya parte de sus circunstancias desde el principio y no se requiere ningún esfuerzo para hacer manifiesta esta fortuna.


Orbes de influencia

1]     La adición de los planetas heliocéntricos permite mucha más precisión. Por eso es recomendable usar orbes de influencia más estrechos que los generalmente aceptados en los aspectos entre planetas.

2]     La adición de los planetas heliocéntricos al horóscopo permitirá entender gráficamente por qué se consideraron necesarios tales orbes de influencia cuando sólo se usaban planetas geocéntricos. Esto es especialmente cierto de Júpiter, cuya área de influencia ha llevado a pensar que su gran tamaño y sus múltiples lunas hacen necesario extender su radio de acción más allá del concedido a otros planetas. El número de grados entre las posiciones geocéntrica y heliocéntrica de Júpiter para una conjunción puede estar en torno a 12º.

3]     Cuanto más cerca de la exactitud esté un aspecto entre planetas, más intensamente operará en la vida. Esto vale tanto para aspectos entre dos planetas heliocéntricos como entre dos planetas geocéntricos o entre uno heliocéntrico y otro geocéntrico.

4]     Los aspectos natales entre planetas heliocéntricos y geocéntricos no deberían extenderse más allá de los 3º de orbe, a menos que otro planeta se sitúe de tal manera que actúe como puente y amplifique el efecto. En tal caso, raramente se debería extender más allá de los 4º. Los aspectos entre 3º y 4º de orbe deben ser considerados débiles. En esta zona es donde una amplia experiencia será de gran ayuda. No se pueden dar reglas fijas, porque hay situaciones excepcionales. POR EJEMPLO: Si las progresiones de movimiento lento están estrechando un aspecto natal, un orbe un poco más amplio podría ser efectivo. Mientras la progresión actúa, debería operar como si un aspecto más cerrado existiese en la carta natal.

5]     En las progresiones, los aspectos deben mantenerse en el orbe habitual de 1º, aunque en algunos casos se aprecia que la situación es descrita muy apropiadamente por aspectos que se encuentran unos pocos minutos por encima del orbe de 1º de influencia. Parece ser que la causa de esto es que la intervención simultánea de otros poderosos factores precipita una respuesta. La influencia acumulada de varios indicadores trabajando al mismo tiempo anticipará un aspecto que aún se encuentra un poco desviado de la regla de 1º.

6]     A los tránsitos se les puede conceder un orbe de hasta 2º, pero 2º debe considerarse amplio. No es raro encontrar tránsitos de conjunciones exactas hasta el minuto de arco o dentro de pocos minutos de orbe. Los tránsitos de planetas heliocéntricos sobre planetas natales heliocéntricos deben ser considerados un poco más fuertes en su eficacia que sobre planetas natales geocéntricos, o viceversa, pero si al mismo tiempo se mueven hacia una doble interacción cruzada, el aspecto formado deberá considerarse bastante fuerte. EJEMPLO: Júpiter geocéntrico natal a 2º Aries y Júpiter heliocéntrico natal a 13º Aries. Si Marte heliocéntrico está transitando sobre Júpiter geocéntrico, mientras Marte geocéntrico transita sobre Júpiter heliocéntrico al mismo tiempo, el aspecto debe ser considerado en su dinámica efectiva ¡muy poderoso!


T.Patrick-Davis



viernes, 25 de julio de 2014

Direcciones Ecuatoriales de Arco Solar


Las Direcciones Ecuatoriales de Arco Solar que presentamos en este artículo constituyen un método de prognosis relativamente fácil de usar , en comparación con los principales sistemas de Direcciones Primarias tradicionales, entre los cuales cabría encuadrarlo. Aunque lo introducimos como una novedad, tiene un claro precedente, que es el Método de la Ascensión Recta de Sepharial. Explicaremos aquí ambos métodos, ilustrándolos con ejemplos. Pero antes de entrar en materia, haremos un repaso de algunos conceptos básicos relativos a la organización del espacio astronómico; sin ellos es imposible entender ninguna de las dos técnicas y aunque cualquier buen manual de astrología los contiene, es palpable que cada vez es mayor el número de estudiantes autodidactas de Astrología que creen poder saltar por encima de los fundamentos astronómicos de la misma, como si fueran competencia exclusiva de los programadores de software. Confiados en sus potentes programas de cálculos astronómicos, quedan confinados dentro de sus estrechos límites, sin poder hacer ningún progreso más allá de lo que éstos les ofrecen. Es más, ni siquiera entienden una parte considerable de las opciones incluidas en sus programas favoritos, y están, desde luego, enteramente incapacitados para detectar los errores de cálculo que casi siempre se deslizan, incluso en los mejores programas. Por el momento, ninguna de las dos técnicas de que aquí nos ocupamos está incluida entre las opciones de prognosis de los programas de cálculos astrológicos más difundidos; pero todavía puede sacarse partido de ellos si se comprenden las nociones básicas -muy elementales, por lo demás- acerca de coordenadas esféricas.


1. La organización del espacio astrológico. Conceptos básicos

La Eclíptica es el camino que aparentemente sigue el Sol, visto desde la Tierra, en relación al fondo de las estrellas fijas, de modo que completa un círculo al cabo de un año, cuyo centro es la propia Tierra. La medida de un radio de la Eclíptica se denomina Unidad Astronómica (UA) y se utiliza para medir las distancias que nos separan de los cuerpos celestes. Un círculo concéntrico al Ecuador terrestre y situado en su mismo plano, pero con un radio de 1 UA, se denomina Ecuador Celeste. El Ecuador Celeste es, por tanto, una proyección del Ecuador terrestre a la esfera celeste. La Eclíptica está inclinada unos 23º 27' en relación al Ecuador Celeste. Ambos círculos hacen intersección en dos puntos, que son precisamente los que cruza el Sol en los equinoccios. Uno de estos dos puntos, el ocupado por el Sol en el equinoccio de primavera septentrional, se toma como origen del zodíaco y de todas las mediciones que se refieren a cualquiera de ambos círculos. Se le conoce como Punto Vernal o Cero de Aries.


Figura 1

Aunque en realidad se trata en todo momento de proyecciones esféricas, la siguiente figura simplificada en términos de geometría plana ayudará a fijar estos conceptos y entender los que siguen. 



Figura 2

        En esta figura se representa un planeta que, como puede verse, no está situado en la Eclíptica, sino algunos grados al norte de la misma (en el punto P). Para fijar su posición en la Eclíptica, trazamos una perpendicular desde P hasta la Eclíptica; de este modo el planeta se proyecta en la Eclíptica exactamente en el punto C. La distancia desde el 0º de Aries hasta el punto C (segmento O-C), medida en grados, es la longitud eclíptica del planeta P. Así definida, se trata de la longitud eclíptica en grados absolutos. Pero generalmente se la suele expresar de manera abreviada en términos de signos del zodiaco y de grados contados desde el origen del signo de que se trate. Así, por ejemplo, un planeta cuya longitud eclíptica sea 135º estará a 15º de Leo, porque decir "15º de Leo" es lo mismo que decir "120º + 15º, desde 0º Aries". Es importante no perder de vista que lo que normalmente se representa en una carta astral como "planeta P" no es el punto P, sino el punto C. La distancia entre estos dos puntos (segmento C-P), medida en grados, es la latitud del planeta P. Esta latitud se llama Norte si el planeta queda al norte de la Eclíptica y, obviamente, se llama Sur si queda al sur. Puede darse el caso de que dos planetas que en la carta astral aparecen exactamente en la misma posición (por ejemplo, los dos a 14º23' de Sagitario), estén, sin embargo, alejados entre sí diez grados ó más. Tal sería el caso si la latitud de uno de ellos fuese, por ejemplo, 3º N, y la del otro 7º S. Por el contrario, si, además de la longitud, también la latitud fuese la misma, probablemente se daría un fenómeno de ocultación de un planeta por el otro, y la conjunción sería más potente y de consecuencias más drásticas. Si esos dos planetas son el Sol y la Luna, tendremos un eclipse de Sol. La eclíptica es, como su nombre indica, el lugar donde se producen los eclipses, ya que la Luna sólo puede ocultar al Sol si se sitúa a la altura de la eclíptica (latitud 0º). 

        Longitud y latitud se utilizan, pues, como un par de coordenadas cartesianas que permiten fijar la posición del punto P. Estos ejes de coordenadas son los más apropiados para seguir los movimientos de los planetas en sus propias órbitas. Son los que se suelen utilizar en todas las técnicas de prognosis de orientación zodiacal: tránsitos, progresiones secundarias, revoluciones solares, lunares y planetarias, direcciones de arco solar, direcciones simbólicas, direcciones armónicas, etc. 

        Otras técnicas de prognosis, como las diferentes variedades de direcciones primarias recurren a sistemas de coordenadas alternativos. Hay varios, pero el que aquí nos interesa es el de los ejes de coordenadas ecuatoriales. Ahora queremos proyectar el planeta P en el Ecuador Celeste y lo hacemos, como antes, trazando una perpendicular desde P hasta éste último. El punto A es la proyección de P en el Ecuador Celeste. La distancia desde el 0º de Aries hasta el punto A (segmento O-A), medida en grados, es la ascensión recta del planeta P. Al igual que sucede con la longitud, también la ascensión recta puede expresarse en términos de signos del zodíaco y grados de signos; pero en este caso es más frecuente expresarla en grados absolutos, porque el zodíaco remite de manera natural a la Eclíptica. También se suele expresar la ascensión recta en tiempo, lo cual facilita las observaciones astronómicas. En ese caso, se usan las siguientes equivalencias: 

  • 1 hora de tiempo = 15 grados de arco (15º). 
  • 4 minutos de tiempo = 1 grado de arco (1º).
  • 1 minuto de tiempo = 15 minutos de arco (15').
  • 4 segundos de tiempo = 1 minuto de arco (1').
  • 1 segundo de tiempo = 15 segundos de arco (15").

       La razón de estas equivalencias es que expresan el tiempo que tarda la Tierra en efectuar una porción de giro sobre su propio eje igual a la medida del arco. La Ascensión Recta está, por tanto, directamente vinculada con el movimiento de rotación terrestre. 

        La distancia entre el punto A y el planeta P (segmento A-P), medida en grados, es la declinación del planeta P. Esta declinación se llama Norte si el planeta queda al norte del Ecuador y, nuevamente, se llama Sur si queda al sur. En astrología se da más importancia a las declinaciones que a las latitudes de los planetas. Esto se debe a que son utilizadas para definir un importante tipo de relación entre dos planetas: el aspecto de paralelo de declinación. Dos planetas están en paralelo (o paralela) de declinación si tienen la misma declinación, independientemente de cuál sea su longitud o su ascensión recta; el orbe máximo para este aspecto es de un grado. Para que haya un paralelo, la orientación tiene que ser también la misma, es decir, ambos planetas con declinación Norte, o bien ambos planetas con declinación Sur. El aspecto se juzga de manera similar a una conjunción. En caso de que la medida en grados de la declinación de dos planetas sea la misma, pero su orientación sea opuesta (es decir, uno al norte y otro al sur) se dice que están en contraparalelo de declinación y este aspecto se juzga de manera similar a una oposición. 

        La ascensión recta y la declinación cumplen en la esfera celeste la misma función que los meridianos y paralelos cumplen en el globo terráqueo. Dos planetas en paralelo de declinación mantienen entre sí la misma relación que dos ciudades cuya latitud geográfica sea la misma. Dos planetas con la misma ascensión recta mantienen entre sí la misma relación que dos ciudades cuya longitud geográfica sea la misma.   


Figura 3. Adaptada de un original de Michael Erlewine (1997) 

        Debido a la rotación de la Tierra, los planetas parecen moverse en círculos concéntricos que giran en torno a los polos. Éstos se denominan círculos de declinación y se corresponden con los paralelos del globo terráqueo. Dos planetas en aspecto de paralelo giran en el mismo círculo de declinación. Por tanto, el punto ocupado por uno cualquiera de ellos en el radix albergará al otro antes de que termine el día. Estas superposiciones de puntos son tan exactas como lo sea el paralelo, de modo que cuando un punto alcanza al otro se produce una situación semejante a la que provoca un eclipse. La diferencia, por supuesto, es que para entonces el otro planeta ya no está allí; pero eso mismo ocurre, por ejemplo, con los tránsitos.

        El hecho de que dos planetas en paralelo compartan el mismo círculo de declinación es lo que da a las declinaciones primacía sobre las latitudes; en principio, podrían tenerse en cuenta los "paralelos de latitud", pero éstos no llevan asociado ningún fenómeno astronómico comparable. El giro de planetas y estrellas en sus propios círculos de declinación, observable a simple vista, puede registrarse fotográficamente mediante cámaras fijas en trípodes que permiten exposiciones prolongadas; así se obtienen efectos como estos:








        Este sistema de coordenadas ecuatoriales es el más idóneo para registrar aquellos movimientos aparentes de los planetas que dependen directamente de la rotación de la Tierra sobre su propio eje. Éstos son precisamente los que interesan para trabajar con técnicas como el Método de la Ascensión Recta y las Direcciones Ecuatoriales de Arco Solar. Ahora estamos en mejores condiciones para abordarlas.


2. El método de la Ascensión Recta

        Charles E. O. Carter escribe en su Symbolic Directions:
podemos mover todos los planetas (o más bien, todas las posiciones radicales) en Ascensión Recta, un método fácil de direcciones primarias que fue publicado primero, según creo, por Sepharial en el British Journal of Astrology. Determinando la distancia en ascensión recta entre dos puntos cualesquiera que queramos dirigir, podemos convertir este "arco" en tiempo. Se han propuesto varias correspondencias, pero las dos principales son la de 1º de ascensión recta por año, y la de Naibod, el cual emplea el movimiento solar medio de 59' 8" al año. [Charles E.O. Carter, Symbolic Directions in Modern Astrology, p.18, Londres, 1947.]
        Prosigue Carter ilustrando el método con un ejemplo, en el cual, dejando a un lado algunas imprecisiones en los cálculos debidas a los limitados medios con que aún se trabajaba en su época, se aprecia que éste método no emplea directamente la ascensión recta de los planetas, sino la ascensión recta de su longitud eclíptica. Para que se entienda bien esta diferencia, la ilustramos de nuevo con una simplificación en geometría plana (figura 4).


Figura 4

        El punto C, como dijimos más arriba, es el lugar de la eclíptica en el cual se proyecta perpendicularmente el planeta P. Si ahora proyectamos el punto C perpendicularmente sobre el Ecuador Celeste, queda reflejado en el punto B. B define la ascensión recta de C, la cual es la medida en grados del segmento O-B. Es evidente que la ascensión recta del planeta P (es decir, O-A) no es la misma que la ascensión recta de la longitud del planeta P (es decir, O-B). La discrepancia entre ambas será tanto mayor cuanto mayor sea la latitud del planeta. En el caso de Plutón puede llegar a ser muy considerable. Y mucho más si trabajamos con estrellas fijas. 

        El método que Carter atribuye a Sepharial consiste, pues, en calcular una carta que registre la ascensión recta de las longitudes eclípticas de cada planeta (B en la figura 4); una vez hecho esto, para calcular una dirección de un planeta a un punto cualquiera de esa carta, se cuentan los grados desde el planeta hasta el punto y se hace valer cada grado por un año, o bien, preferentemente, cada 59'08" de arco (medida de Naibod) por un año. 

        Esto resultaba cómodo para ellos, ya que disponían de tablas para convertir fácilmente grados de longitud eclíptica en su ascensión recta correspondiente, como algunas publicadas por Alan Leo. Además, puesto que el Sol siempre está en la misma Eclíptica, su ascensión recta y la ascensión recta de su longitud es siempre la misma; esto permite saber cuál es la ascensión recta de un grado cualquiera del zodíaco mirando en las efemérides la ascensión recta del Sol cuando ocupa ese grado. Hay, además, una fórmula que permite convertir la longitud eclíptica en ascensión recta, y es la que Alan Leo daba en su libro de 1905 The Progressed Horoscope [Hay traducción española, en Edicomunicación S.A., Visión Libros, El Horóscopo Progresado, Barcelona, 1988.], en los términos siguientes: 

FORMULA I Para convertir la Longitud en Ascensión Recta, sin la Latitud.
    Log. coseno de oblicuidad de la eclíptica (23º 27')
+ Log. tangente long. desde ARIES o LIBRA (o Log. cotan. long. desde CANCER o CAPRICORNIO)
= Log. tangente A.R. desde ARIES o LIBRA (o Log. cotan. A.R. desde CANCER o CAPRICORNIO)
    Si en ARIES, TAURO o GEMINIS, la solución será la A.R. que se necesita. Si en CANCER, LEO o VIRGO, añadir 90º. Si en LIBRA, ESCORPIO o SAGITARIO, añadir 180º. Si en CAPRICORNIO, ACUARIO o PISCIS, añadir 270º.
    NOTA: Esta fórmula se emplea en el caso del Sol o cualquier cuerpo celeste que se toma sin la latitud o de cualquier grado de la eclíptica sin latitud. 

       Sin embargo, esta fórmula resulta inútil si no se dispone de las tablas de logaritmos. Afortunadamente una calculadora científica nos exime hoy de ellas, pudiendo emplear en su lugar la siguiente variante: 

Para puntos situados en ARIES, TAURO o GEMINIS, medidos desde 0 de ARIES, o bien en LIBRA, ESCORPIO o SAGITARIO, medidos desde 0 de LIBRA:

atan (( cos (OE)) x tan (long))
Para puntos situados en CANCER, LEO o VIRGO, medidos desde 0 de CANCER, o bien en CAPRICORNIO, ACUARIO o PISCIS, medidos desde 0 de CAPRICORNIO:

atan (1/( cos (OE) x 1/tan (long)))
( siendo "OE" la Oblicuidad de la Eclíptica y "long" la Longitud Eclíptica)
Si en ARIES, TAURO o GEMINIS, la solución será la A.R. que se necesita. Si en CANCER, LEO o VIRGO, añadir 90º. Si en LIBRA, ESCORPIO o SAGITARIO, añadir 180º. Si en CAPRICORNIO, ACUARIO o PISCIS, añadir 270º.

      Si dispone de Microsoft Excel todo lo que necesita es la siguiente:

Hoja de cálculo para convertir la Longitud en Ascensión Recta sin Latitud

Por si todavía quedase alguna duda, incluiremos el ejemplo que da el propio Carter, valiéndose de la carta siguiente: 


Figura 5

       La de arriba -explica Carter, p.19 y ss.- es la natividad de un hombre, nacido en Wiltshire a las 8.10 a.m., 25 de junio de 1891. El 30 de octubre de 1923 fue contratado para supervisar una correa de impulsión en una fábrica donde él trabajaba como ingeniero. Ordenó a un operador que detuviera la maquinaria, pero éste último, por equivocación, la activó de nuevo. El nativo sufrió el desgarro de su brazo, sepsis permanente y su vida fue salvada por poco. Fue compensado por su firma, pero su carrera estaba arruinada. (...) 
Tomemos la Luna en oposición a Marte. 
       A.R. 14º 48' Acuario = 317º 16' 
       A.R. 14º 13' Capricornio = 285º 26' 
_______________________________________________ 
       Diferencia = 31º 50' 

Sumar, para ecuación de Naibod, 29' * 
[* El propio Carter explica esto así: "La medida de 59' 8" no es tan difícil de usar como podría suponerse. Es, por supuesto, más lenta que la de 1º, y por tanto indica una fecha posterior en la vida. Para convertir el arco de 1º en el de Naibod, súmese al primero tantos minutos como grados haya (redondeando el arco al grado más cercano, de modo que, v.g. 20º 50' se redondea a 21º) menos tantos minutos como decenas de grados haya, de nuevo redondeando a la decena más cercana. Por tanto 20º 50' sería más 21' menos 2'. El resultado quedará siempre lo suficientemente cerca para todos los propósitos ordinarios. 
Damos esta información por su interés histórico, para situar la cita en su adecuado contexto; pero, obviamente, estos procedimientos sobran hoy en día. Si se dispone de una simple calculadora científica con funciones trigonométricas, basta con dividir el arco de dirección entre 0º 59' 8" ó 0.98555 para obtener directamente el resultado buscado y con mayor precisión. 
________________________________________________ 
               = 32º 19' 
       Esto queda muy cerca del tiempo del accidente, el cual ocurrió a la edad de 32 años y 127 días; 127 días son en relación a un año de 365 días, como 21' es a 60', de modo que la edad de 32 años, 127 días la expresaremos como 32º 21', en términos de arco. 
       (...) la Luna, llevada a través del cielo a razón de 59' 8" por año, alcanzaría la oposición al lugar radical de Marte en 32 años y 19/60 de año. Ahora bien, el accidente ocurrió a la edad de 32 años y 21/60, o un trigésimo de año más tarde. En otras palabras, la dirección se cumple alrededor de 12 días después, una discrepancia relativamente muy pequeña. 

        Se observará también por este ejemplo que la Luna es dirigida hacia la oposición de Marte en dirección contraria a su movimiento natural en el zodíaco, puesto que se la desplaza desde Acuario hasta Capricornio. Así se hace siempre por este método. La razón de ello es que está basado en el movimiento de rotación de la Tierra, que es el que hace aparecer a los planetas por el horizonte oriental y ocultarse por el occidental en dirección contraria a su avance en el zodiaco.


3. Las direcciones ecuatoriales de arco solar


       La carta astral que se muestra a continuación corresponde a un hombre nacido el 11 de julio de 1957, a las 1:05 horas CET, en Málaga, España, 36º 43' N, 4º 25' W. Se suicidó el día 10 de agosto del 2004, de manera ritual, ahorcándose en medio de numerosas velas encendidas, poco después de cumplir los 47 años. 


Figura 6

        Una dirección concordante con el suceso podría ser Plutón en conjunción al Sol. Plutón comparte con el signo de Escorpio un fondo pulsional que, mal enfocado, puede generar tendencias autodestructivas. Además, en esta carta la cúspide de la casa octava (tradicionalmente asociada a la muerte) se encuentra en el signo de Escorpio. De acuerdo con la versión moderna más utilizada de la teoría de las dignidades planetarias (de la que no me siento muy convencido, aunque tampoco la rechazo por principio) Plutón sería aquí el regente de la casa VIII y, por estar en Leo, el Sol es su dispositor. Todo esto (o simplemente la presencia de Plutón en Leo) puede incorporar a las tendencias autodestructivas matices exhibicionistas e histriónicos. Una dirección Plutón-Sol, por otra parte, admite por sí sola esa lectura, aun en ausencia de los otros antecedentes. Además, la medida del ángulo Sol-Plutón en grados no anda muy lejos de la edad del sujeto, y menos aún en Ascensión Recta, por lo cual merece la pena ensayar la aplicación del método anterior a este caso. 
  • El Sol se encuentra a 18º 25' 36" de Cáncer. La ascensión recta del Sol es 109º 57' 31", tanto del planeta como de su longitud.
  • La ascensión recta de la longitud de Plutón (28º 48' 27" de Leo) con una oblicuidad de la eclíptica de 23º 26' 41" es igual a 150º 56' 58".
  • La diferencia de ambas ascensiones rectas nos da el arco de dirección = 40º 59' 27".
  • Corrección de Naibod = 41º 35' 19".
  • Edad en arco = 47º 05' 02".
El error es de 5 años y medio, lo cual obviamente es demasiado. Parece que esta dirección no tuvo mucho que ver con el suceso. Y sin embargo, si observamos lo que se ve en la figura 7, resulta difícil aceptar que así sea.


 Figura 7

        La figura 7 es una representación esférica de la misma carta astral de la figura 6. Para mayor claridad, se han omitido todos los planetas, excepto los que incumben a la dirección investigada. Hemos escogido coordenadas ecuatoriales, porque son las idóneas para el método de la Ascensión Recta. La ventaja de usar este tipo de carta tridimensional es que nos permite darnos cuenta enseguida de que el Sol y Plutón tienen un importante vínculo: un paralelo de declinación exacto al minuto de arco (22º 11' Norte, en ambos planetas). Se mueven por tanto exactamente en el mismo círculo de declinación, de modo que cuando uno de ellos alcance la posición del otro por dirección, se producirá un fenómeno análogo a la ocultación de un planeta por el otro. Esta no es, por tanto, una dirección más, sino que es de esperar que sus efectos queden sobredimensionados. 

        En segundo lugar, observamos que el ángulo entre el Sol y Plutón, medido en ascensión recta de los planetas mismos (en lugar de la ascensión recta de sus longitudes) asciende a 45º 06'. Si tomamos esta medida como arco direccional y aplicamos la corrección de Naibod, llegamos a 45º 46'. Esto nos deja a un año y cuatro meses de la fecha del suceso. Este resultado no es tan malo como el anterior, ya que hemos recortado en más de cuatro años la diferencia, pero aún dista de ser convincente.

        La medida de Naibod, según dejamos dicho, es la media del movimiento diario del Sol. Si el Sol recorre los 360º del Zodíaco en un año trópico, y éste consta de 365,2421991 días, entonces en promedio el Sol recorre 360/365,2421991 grados por día, es decir 0º 58' 08.33". Hay otra técnica de prognosis más conocida que la que aquí estamos tratando que también utiliza el movimiento diario del Sol como clave de dirección para todos los planetas. Se trata de las llamadas Direcciones de Arco Solar. Es muy semejante al método de la Ascensión Recta, excepto en tres detalles:

  • No usa la ascensión recta de las longitudes de los planetas, sino las longitudes eclípticas mismas.
  • No mueve los planetas en sentido horario, sino en sentido zodiacal.
  • No usa el movimiento diario medio del Sol (la medida de Naibod) sino el movimiento diario real del Sol.

       Esta última diferencia es la que nos interesa ahora. El Sol no se mueve todo el tiempo a la misma velocidad en el zodiaco. Esto se debe a que la órbita de la Tierra no es un círculo perfecto, sino una elipse. Cuando el Sol se sitúa cerca del perihelio, actualmente en Capricornio, su movimiento es más rápido; cuando se mueve en las inmediaciones del afelio, actualmente en Cáncer, lo hace más lentamente. La idea clave que está detrás tanto del método de la Ascensión Recta como de las Direcciones de Arco Solar es: 

        Lo que el Sol se mueve en un día, eso se mueven todos los planetas en un año 

        Es decir, cada día contado a partir del nacimiento vale por un año contado a partir del mismo origen. El método de la Ascensión Recta simplifica los cálculos tomando el valor medio del movimiento diario solar como clave de velocidad constante. Las direcciones de Arco Solar optan por el desplazamiento verdadero del Sol, diferente en cada natividad, y de velocidad variable para las distintas edades. 

        Veamos qué sucede si en nuestro cálculo anterior, en el cual ya habíamos sustituido la ascensión recta de las longitudes de los planetas por su verdadera ascensión recta, sustituimos ahora también el movimiento medio del Sol (Clave de Naibod) por su movimiento verdadero
  • La edad del nativo en cuestión para la fecha del suceso era de 47 años y 30 días (47º 05'02" en arco ó 47.083826 años)
  • Tomando cada año por un día, esto equivale a 47 días 2 horas 0 minutos 43 segundos.
  • Sumando esos días a la fecha de nacimiento, llegamos al 27 de agosto de 1957, 2h 05m 43s GMT.
  • En esa fecha y hora el Sol se encuentra en Virgo, a 3º 32' 16".
  • Desde la posición natal del Sol (18º 25' 36" de Cáncer) hasta 3º 32' 16 de Virgo hay un arco de 45º 06' 40" (el Arco Solar verdadero). Esto es lo que debemos restar a la ascensión recta de Plutón.
  • La ascensión recta de Plutón es 155º 03' 49" - 45º 06' 40" = 109º 57' 09".
  • La ascensión recta del Sol es 109º 57' 31".
  • Diferencia = 0º 00' 22".
       Ahora el arco de dirección sólo ha sido rebasado por el arco solar en 22", lo que traducido a tiempo de cumplimiento nos arroja un error de poco más de 2 días (cada día equivale aproximadamente a 10" de arco)**
** Todos los cálculos anteriores se pueden abreviar bastante si se dispone de programas de cálculos astrológicos. Para trabajar con el método que acabamos de descubrir podemos usar cualquier programa que ofrezca el listado de la ascensión recta de los planetas. Casi todos lo hacen y algunos incluso permiten dibujar la carta astral completa en coordenadas ecuatoriales. Así, por ejemplo, el Astrolog y el Zet. De ese modo, determinamos el arco de dirección con una simple resta. El arco solar puede obtenerse directamente de las Progresiones Secundarias o de las Direcciones de Arco Solar, ya que es el mismo en ambos métodos
       Que sepamos, la hora de nacimiento no había sido rectificada, por lo que un error de unos pocos minutos podría ajustar todavía más esta dirección hasta dar en el día exacto. En realidad, basta con retroceder dos minutos la hora de nacimiento para que una segunda dirección, tan peligrosa como la anterior, se cumpla exactamente en la fecha del suceso, por el mismo sistema que estamos considerando. El ascendente, que en longitud eclíptica está a 24º 25' de Aries, medido en ascensión recta queda a 22º 37' del mismo signo. Dos minutos antes estaba a 21º 45' de Aries. La ascensión recta de Saturno dirigida por arco solar queda a 21º 45' de Libra, en lo que sería una oposición exacta a ese supuesto ascendente. 


Figura 8

        Pero no queremos recurrir a hipótesis ad hoc. Más bien debemos considerar que este resultado es más que satisfactorio, sobre todo teniendo en cuenta que uno de los planetas involucrados en la primera dirección es el Sol y que a éste se le conceden orbes mayores. A diferencia de los otros planetas, cuya ubicación es más puntual, el disco del Sol visto desde la Tierra tiene un diámetro de 31' de arco. Por tanto, una dirección al Sol entra en contacto con éste ya desde 15' de arco antes de la posición registrada en las efemérides y se prolonga por otros 15' más; esto significa que por un espacio de seis meses (tres antes y tres después de la fecha calculada) la dirección puede considerarse como muy activa por todo ese tiempo. Podemos resumir el caso como sigue: 
  • Hallamos al Sol y a Plutón en paralelo de declinación exacto al minuto (22º 11' N)
  • El arco de dirección Plutón-Sol, en ascensión recta, es de 45º 06'
  • Se produce un suceso concordante con la dirección Plutón-Sol a la edad de 47,084 años
  • A los 47,084 días después del nacimiento, el arco solar asciende a 45º 06'
        Nos faltó calcular la dirección Sol-Plutón por Direcciones (eclípticas) de Arco Solar. Sin entrar en más detalles, ya que no es el tema de este artículo, diremos que por ese método se produce de nuevo un desfase en torno a los cinco años.

        Hemos asistido, por consiguiente, a la evolución desde el "método de la Ascensión Recta" a las "Direcciones Ecuatoriales de Arco Solar", pasando por las tradicionales "Direcciones de Arco Solar" (eclípticas). Estas denominaciones, desde luego, son discutibles, pero de algún modo hay que referirse a estos procedimientos. Tan método de ascensión recta es el primero como el segundo y, a decir verdad, incluso le cuadra mejor el título al segundo que al primero. Y ambas son desde luego direcciones ecuatoriales, una de arco solar medio y la otra de arco solar verdadero. Por tanto las tres son direcciones de arco solar, si bien el método de la ascensión recta lo es sólo en parte, ya que admite otras claves (1º por año, por ejemplo). No obstante, dado que las técnicas ya en uso son conocidas por esos nombres, no vamos a disputárselos. Resumimos en el cuadro siguiente las características de las tres:

Método de la Ascensión Recta
Direcciones de Arco Solar
Direcciones Ecuatoriales de Arco Solar
Los arcos de dirección se miden En ascensión recta de las longitudes eclípticas En longitudes eclípticas En ascensión recta (de los planetas mismos)
Clave de dirección por año a) Medida de Naibod  (0º 59' 08.33")
b) Un grado.
Arco solar diario verdadero (eclíptico) Arco solar diario verdadero (eclíptico)
Los planetas son dirigidos en sentido horario zodiacal horario



4. Arco solar y resonancia de ciclos

        La referencia de los tres métodos anteriores al arco solar, ya sea medio o verdadero, se debe a que la tradición astrológica nos ha legado el hallazgo de que un día equivale simbólicamente a un año y se proyecta o refleja en él; de ahí que en las técnicas que acabamos de describir el movimiento eclíptico (medio o verdadero) del Sol en un día se tome como pauta del movimiento de toda la carta (ecuatorial o eclíptica) en un año. Esta equivalencia, sin embargo, es indirecta y hasta se diría un tanto rebuscada si no fuera porque en la práctica produce buenos resultados.

        Detrás de la idea que acabamos de exponer está el supuesto de que dos ciclos diferentes pueden afectarse mutuamente por un fenómeno de resonancia, de apariencia ondulatoria. De todos los ciclos que estudia la astrología hay dos que nos afectan de manera muy fundamental, por el simple hecho de habitar el planeta Tierra; son precisamente los que se derivan de los dos movimientos principales de nuestro planeta: el de rotación en torno a su eje y el de revolución en torno al Sol, es decir, el día y el año. Las tres técnicas que hemos explorado, junto con las progresiones secundarias y las direcciones primarias, son distintos intentos de poner a prueba el alcance de esta postulada resonancia de ciclos y de sacarle partido para propósitos de prognosis astrológica. Cada una lo hace "a su manera".

        Hemos transformado el método de la Ascensión Recta de Sepharial en las Direcciones Ecuatoriales de Arco Solar sustituyendo dos medidas matemáticas abstractas por otras dos más estrictamente astronómicas. Además, hemos incorporado los paralelos de declinación a la técnica, como forma de seleccionar las direcciones más relevantes. Con esto no pretendemos haber superado el sistema de Sepharial, sino solamente haberlo completado con una interesante variante. Las longitudes eclípticas de los planetas han demostrado su utilidad en buena parte de las herramientas de trabajo astrológico, por lo que no es de extrañar que tambiém sus ascensiones rectas tengan importancia y puedan protagonizar direcciones. Carter defiende el método de Sepharial con estas palabras:
pienso que este método tiene mucho valor [en mi experiencia se acerca extraordinariamente en el tiempo, quedando a menudo a muy pocos días de la fecha exacta] y es mucho más simple que las primarias convencionales. 
       Esto puede deberse al valor intrínseco del método, pero debemos observar que para fechas natales más próximas a los equinoccios que a los solsticios, la medida de Naibod y el Arco Solar difieren muy poco. Además, para planetas con poca latitud, no hay tampoco mucha diferencia entre la ascensión recta del planeta y la de su longitud eclíptica; por tanto, algunas direcciones funcionarán bien aunque el método no sea bueno, al beneficiarse de su accidental aproximación a otro método mejor. Claro está que el beneficiado podría ser cualquiera de los dos. Sólo quiero llamar la atención sobre el hecho de que si sólo uno de ellos fuese eficaz, aún podrían obtenerse de vez en cuando buenos resultados con el otro, y esto dejando completamente a un lado el porcentaje de aciertos debidos al azar.

        Prosigue Carter, comentando el método de la Ascensión Recta:
Pero no es simbólico (...) porque hay un movimiento uniforme real de todas las posiciones radicales, debido a la rotación de la tierra, el cual es semejante para todos, ya se trate del lugar radical del lento neptuno o de la rápida luna. Cada uno cruza el cielo de este a oeste sobre el horizonte, y de oeste a este por debajo del horizonte, en arcos paralelos al ecuador celeste y entre sí, así que cada punto llega, en un momento u otro, a la misma distancia, en ascensión recta, desde el meridiano que cada uno de los otros puntos ocupaba en el nacimiento. 
        Este es uno de los dos extremos de la base astronómica de la técnica: los movimientos aparentes diarios de los planetas (o de sus grados de longitud) en sus respectivos círculos de declinación, medidos en ascensión recta. El otro extremo es el movimiento anual del Sol en su propia órbita aparente (la eclíptica), medido en longitud. Pero si lo observamos con detenimiento, estas técnicas parecen dar un salto en el vacío en su peculiar modo de aplicar la ecuación día-año. Consideremos el ejemplo mostrado en las figuras 6 y 7. El arco de dirección Plutón-Sol, de 45º 06' 18" en A.R., puede expresarse en tiempo como 3 horas 0 minutos 25 segundos; este es el tiempo real que emplea Plutón en alcanzar la posición radical del Sol durante las primeras horas de la vida del nativo. Por tanto, esta dirección se cumple primero como tránsito ecuatorial en la tercera hora de la vida. Este tiempo representa el 12,53% de un día. Si decimos que un día equivale a un año, entonces el 12,53% de un día equivaldrá al 12,53% de un año. El 12,53% de un año son 45,76 días (esto en promedio, es decir, usando la medida de Naibod). Por tanto, la dirección Plutón-Sol se cumple por segunda vez a los 45,76 días de vida (o a los 47,08, usando arco solar). Esta es realmente la primera proyección que cumple directamente la ecuación día-año. Ahora bien, puesto que la dirección Plutón-Sol se refleja a los 45,76 días de vida (ó 47,08), siendo un día = un año, puede reflejarse en segunda instancia a los 45,76 años (ó 47,08) de edad.


Figura 9

        Se trata pues de proyecciones de proyecciones; el segundo término de la comparación está elevado al cuadrado. La base realmente empleada aquí como resonancia de ciclo es:

        1 día = (365,24)2 días

        Algo semejante sucede con las direcciones primarias convencionales. Aunque distintos autores utilizan diferentes claves de dirección, todas ellas se hallan próximas a una fracción de día que es al día entero lo que éste es a un año. Y esa fracción de día es equiparada directamente con un año. Por el contrario, las progresiones secundarias no elevan el segundo término al cuadrado, sino que respetan el sentido original de la ecuación día-año; toman nota de los movimientos planetarios registrados en la eclíptica durante los primeros días de la vida y los proyectan proporcionalmente en los años equivalentes. Desde el punto de vista del nivel de proyección, las progresiones secundarias son realmente primarias; y las direcciones primarias son secundarias o derivadas.

        Una cuestión interesante suscitada por estas técnicas es si esta acumulación de proyecciones disminuye o, por el contrario, aumenta la eficacia de la dirección. No tengo respuesta para ello, pero al menos puedo ensayar una reflexión. Una misma película puede proyectarse en una pantalla tan pequeña como la de un teléfono móvil o tan grande como la de una importante sala de estreno. Es posible que a medida que el tamaño de la pantalla aumenta, la definición disminuya; pero, a pesar de ello, su impacto visual es considerablemente mayor. Análogamente, una dirección que dura un espacio muy breve de tiempo puede ser muy nítida por un instante, pero apenas tendrá tiempo de causarnos ninguna inquietud. Al proyectarla sobre un ciclo más amplio, se hace considerablemente más lenta y persistente, de modo que el ciclo resonante mayor funciona como un amplificador de la onda original.

        Para terminar indicaré que, a mi modo de ver, de todas estas técnicas la que hace una lectura más pura de la ecuación día-año es la que he denominado Direcciones Ecuatoriales de Arco Solar. El ciclo que determina la naturaleza y duración de un día es el movimiento de rotación terrestre, y éste es el que origina los movimientos aparentes de los planetas en sus círculos de declinación; para determinar estos movimientos, es necesario tener en cuenta la ascensión recta de los planetas mismos (no la de sus longitudes). El ciclo que determina la naturaleza, desarrollo y duración de un año es la revolución de la tierra en torno al sol, y esta es la que origina el movimiento aparente del sol en la eclíptica. Por tanto, un arco de ascensión recta debe corresponderse con un arco igual de desplazamiento del sol en la eclíptica. Bien es verdad que la aplicación literal de lo que acabo de decir nos conduce a la proyección en primera instancia que suele cumplirse en las primeras semanas o meses de la vida, mientras que el método de las Direcciones Ecuatoriales de Arco Solar no toma éstas en cuenta, sino sólo la proyección en segunda instancia. En compensación, pueden observarse efectos elevados al cuadrado.

© 2007, Julián García Vara