sábado, 11 de mayo de 2013

Direcciones simbólicas, según Carter



Direcciones simbólicas en astrología moderna
Charles E. O. Carter


Autor de:


Enciclopedia de astrología psicológica  
Principios de Astrología
El zodiaco y el alma
Los siete grandes problemas de la astrología


Londres, W. FOULSHAM & CO., LTD., 10-11 RED LION COURT. FLEET STREET, E.C. 4.




Charles Carter
Nacido en Parkstone, Dorsetshire, 
el 31 de enero de 1887.





INTRODUCCIÓN

     Es probable que muchos se sientan molestos, al menos a primera vista, por lo que pueden interpretar como un intento de derrocamiento de la antigua y aceptada astrología en favor de nuevas y fantásticas ideas.

     Tengo mucha comprensión hacia este punto de vista, pero las ideas expresadas en la presente obra no se exponen como descubrimientos, sino más bien como recuperaciones. Creo que la astrología forma parte de una tradición esotérica de inestimable antigüedad y valor. Esta tradición ha sufrido alguna corrupción y ha sido en parte recubierta con añadidos erróneos. Pero el remedio para esto no es un ataque a gran escala contra toda la astrología, sino una búsqueda de los primeros principios de la ciencia y una reconstrucción de su teoría y práctica sobre estos fundamentos.

     A la luz de los primeros principios astrológicos podemos ver que, incluso en su forma actual, la ciencia astrológica es esencialmente correcta. En lo que concierne a esta obra, no ataco nada ni tengo nada que decir en contra de ningún acreditado sistema de direcciones, excepto que, hasta donde llega mi experiencia, no son totalmente suficientes y a veces suponen mucho trabajo de cálculo.*
*Quizás los principiantes  deban prepararse para dominar y usar primarias, pero el hecho es que muy pocos lo hacen. La mayoría usa secundarias, las cuales son muy pocas para proporcionar indicaciones suficientes de los acontecimientos de una vida medianamente accidentada.

     Pero siento que, si nos remitimos a los primeros principios de la astrología, podemos construir sobre ellos sistemas de direcciones más fáciles de usar y al menos igual de satisfactorios. Al hacer esto no violamos la tradición astrológica; la ampliamos y reanimamos. Hablo de “reanimar” porque no reivindico el descubrimiento del Duodenario ni otros sistemas aquí explicados. Estoy prácticamente convencido de que eran conocidos en el pasado, sólo que han caído en desuso en Occidente, o, tal vez, nunca han llegado a ese hemisferio. El ascenso de la ciencia física, sobre bases matemáticas, en el siglo XVII y siguientes, dotó de gran prestigio a los métodos objetivos, y los astrólogos contemporáneos intentaron establecer su ciencia sobre una base similar, desprovista de ideas místicas, desarrollando los sistemas de los griegos y los árabes, y rechazando lo que pudiera tener semejanza con la práctica cabalística.

     Naturalmente, el estudiante con aversión a estos métodos no los utilizará, y quien piense que he ido demasiado lejos escogerá y empleará cualquier otro que él prefiera, aunque encontrará que puede calcular cuatro direcciones simbólicas en la centésima parte del tiempo que requiere una sola dirección primaria.


     No estoy solo en la recomendación de estos métodos. Creo que, sin temor a la contradicción, puedo atribuir a Sepharial (un astrólogo con un incomparable conocimiento del tema en todos sus aspectos) el mérito de redirigir nuestras investigaciones hacia ellos. En su Tránsitos y periodos planetarios, p.43, escribe: “Se  me ocurre que es posible que el estudiante de astrología sacrifique demasiado en aras de la ciencia exacta, y puede que no esté fuera de lugar aquí intentar recuperar algo del terreno que el Simbolismo Cósmico le ha cedido a los métodos exactos”.  Yo considero que esa declaración es significativa de un cambio venidero en gran parte del pensamiento astrológico.  Le sigue una explicación del Sistema Radix, cuyo principal rasgo distintivo es la progresión uniforme de todos los cuerpos a razón de 59’ 8” por año, siendo ésta la media del avance del sol.**
**Esta medida era usada por Valentine Naibod, un astrólogo medieval, para equiparar arcos primarios. La peculiaridad del sistema Radix es que usa esta medida en longitud y la aplica simbólicamente.
     Continuando con esto, W. Frankland se ha ocupado de algunos métodos en sus libros recientes, y otros se mencionan en mi trabajo El zodíaco y el alma.


     En algún sentido, por supuesto, toda la astrología es, en parte, astronómica, porque la astronomía proporciona al menos algunos de los símbolos que usamos en la mayor parte del abstracto sistema, a saber, el sol, la luna y los planetas, y hasta cierto punto las casas y el zodiaco, que se originan a partir de datos astronómicos.

     Pero cuando deseamos progresar la natividad o carta radical y estudiar sus modificaciones como indicativas del desarrollo de una vida humana, puede surgir una considerable diferencia entre un método astronómico y uno simbólico. Ciertamente en ambos casos la medida del tiempo es simbólica, ya sea un día por año o el paso de un grado de ascensión recta sobre el meridiano por año. Pero en los sistemas primario y secundario los movimientos de los planetas no son simbólicos sino verdaderos, ya sean considerados reales o aparentes***.
***”Movimiento aparente” no es una expresión muy afortunada. Hay un movimiento real, cuya apariencia consiste solamente en ser distinto de lo que parece. Parece que las estrellas se mueven cuando, en realidad, la que se mueve es la tierra. Pero es movimiento de todos modos.
En los métodos simbólicos el movimiento es una mera convención arbitraria, usada por conveniencia práctica.



     Por ejemplo, en el mencionado sistema Radix el sol puede que nunca llegue a moverse realmente 59’ 8” en el día, y en ese sentido es una medida simbólica. Por otra parte, no es enteramente así, porque los 59’ 8” están basados en el movimiento verdadero, siendo un promedio de muchos avances diarios reales. De ahí que este sistema sea en cierto modo un híbrido.

     Con respecto a la probable diferencia en los significados y valores de los dos tipos, se puede esperar que el simbólico se refiera más bien al mundo ideal y los cambios que tienen lugar allí, o, si negamos el cambio en ese estado, a lo que se corresponda en ese mundo con el cambio y sea causa del cambio en la tierra. Por otra parte, los sistemas astronómicos puede suponerse que tengan una relación más cercana con las cosas materiales. Por lo tanto, la medida del sistema radix, estando basada en un promedio del movimiento real, puede suponerse que tenga menos relación con la realidad que las secundarias, basadas exactamente en movimiento real, pero más relación que una medida puramente simbólica, tal como la progresión de un grado, explicada más adelante, que tendría solamente una relación aproximada con algo real.

     Pero es dudoso que esta hipótesis a priori pueda ser fácilmente respaldada por casos prácticos. De las dos medidas, la de un grado y la de 59’ 8”, unas veces una y otras veces la otra es la más exacta. A veces parece como si ambos sistemas actuasen independientemente. Podemos dirigir el Sol, por ejemplo, por dirección secundaria, por la medida del sistema radix, por la medida de un grado, y por dirección primaria, y obtener las cuatro fechas correspondientes, y otros tantos acontecimientos, uno para cada una. Pero siempre las medidas más simbólicas son las más fáciles de usar. Demostrar que éstas son, al menos, igual de confiables será la tarea de este libro.


     Idealmente un sistema de direcciones debe satisfacer cuatro criterios:

1. Ningún acontecimiento importante debe tener lugar sin una dirección.
2. Ninguna dirección debe pasar sin un acontecimiento.
3. Acontecimientos y direcciones deben corresponderse exactamente en el tiempo.
4. Acontecimientos y direcciones deben corresponderse en carácter.

     Los sistemas eficientes a veces son insatisfactorios, tampoco es de mucha utilidad un sistema si produce direcciones que no cumplen la tercera y cuarta de las anteriores condiciones. Debemos poder decir a partir de nuestro esquema direccional cuando sucederán los acontecimientos y cuál será su naturaleza. Casi cualquier sistema, por muy arbitrario y absurdo que sea, responderá algunas veces si permitimos un margen generoso en el tiempo.

     Por otra parte, sería tan poco razonable reclamar la perfección de nuestro arte como exigir del médico diagnósticos siempre correctos o del granjero cosechas siempre de primera categoría.****
****Hay ciertas razones muy definidas por las que uno no se debe sorprender del fracaso ocasional de cualquier sistema de direcciones. Por ejemplo, puede haber más planetas aún no descubiertos. La especulación indebida en este punto y el uso de una familia de cuerpos imaginarios son prácticas muy poco recomendables, pero en cualquier momento los astrónomos pueden localizar nuevos planetas. Por otra parte, algunos astrólogos creen en la eficacia de las posiciones heliocéntricas de los planetas (esto afecta principalmente a mercurio, venus y marte). Algunos recomiendan el uso de varios puntos y nodos. Ya que comúnmente sólo empleamos algunos de nuestros posibles factores, no debemos sorprendernos de que sea necesario multiplicar nuestros sistemas de direcciones para compensar esta deficiencia.
Esas artes que se ocupan de cosas vivientes apenas pueden esperar alcanzar la exactitud y la infalibilidad de las matemáticas o la física, aunque pueden tomar tales ejemplos como un ideal hacia cuyo logro esforzarse. Por otra parte, podemos distinguir entre los resultados alcanzables a costa de gran tiempo y esfuerzo, y aquellos que pueden ser obtenidos más fácilmente y son el resultado de un sistema simple pero completo, adaptado al uso general. Si nos ocupamos aquí de varios métodos no es para pedir que todo el mundo los use todos, sino más bien para aconsejar al estudiante que los pruebe todos y seleccione los más convenientes para sus propias necesidades.

     Un sistema puede ser simple y, al mismo tiempo, completo. Por tanto, podemos aspirar a la construcción de un sistema de direcciones simbólicas completo y armonioso, basado en principios fundamentales pero sencillos.

     Sin embargo, es bueno recordar que el plano material nunca puede reflejar perfectamente el reino ideal, y, por consiguiente, un sistema semejante puede requerir complementos a efectos prácticos. Bien puede ser ésta la función de los métodos astronómicos, tales como secundarias, tránsitos y lunaciones.

CHARLES E. O. CARTER.

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NOTA  DEL  AUTOR
Siento que debo decir algo como disculpa por las frecuentes referencias a mi propia natividad y direcciones en este trabajo. Los estudiantes experimentados estarán de acuerdo en que es bastante difícil avanzar con seguridad en investigaciones direccionales usando cualquier horóscopo que no sea el propio, porque las vidas de los demás no nos son íntimamente conocidas. Además, el estudio completo de las direcciones de otra persona para encontrar ejemplos de los puntos que se ha deseado ilustrar me habría costado más tiempo del que podía permitirme, mientras que mis propias direcciones y documentos están a la mano y ya preparadas.  
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CAPÍTULO UNO

MÉTODOS SIMBÓLICOS, Y VARIAS MEDIDAS DE TIEMPO


     Podemos definir los sistemas simbólicos de progresión como "aquellos en los cuales los factores direccionales son progresados de acuerdo con medidas no basadas en su movimiento astronómico, real o aparente."
 
     Las direcciones astronómicas caen dentro de dos clases naturales, a saber, las basadas en el movimiento aparente, debido al movimiento de rotación de la tierra, y las basadas en el movimiento real, tanto de la tierra como de los otros planetas. La primera clase se denomina, por lo general, primaria, y la otra secundaria o árabe. El horóscopo progresado combina ambos, hasta cierto punto. En él los cambios en los ángulos y las otras cúspides son de carácter primario, y los movimientos de los planetas progresados son de naturaleza secundaria. Pero el horóscopo progresado no tiene en cuenta las direcciones mutuas formadas por el movimiento aparente de los planetas, que los lleva a varios lugares de aspecto en relación a sus posiciones radicales.
 
  En el sistema simbólico la distinción entre estas dos clases desaparece. No nos ocupamos de movimientos, sino más bien de valores ideales y relaciones, aunque el concepto de un movimiento imaginario puede ser introducido para facilitar la expresión y comprensión.

     Por ejemplo, el punto de la vida de Frankland se puede considerar como un punto que comienza con el nacimiento en 0º Aries y pasa a través de los signos a una cierta velocidad, a saber, 4 2 / 7 º al año. Pero ningún punto semejante existe realmente. La perspectiva más adecuada –aunque menos conveniente– podría ser considerar que cada sucesiva sección de la eclíptica se corresponde con una sección de la vida humana, y que el movimiento, en cuanto hay alguno, es el movimiento en tiempo, realizado por el nativo a medida que envejece y que simbólicamente pasa por el círculo zodiacal.

     A veces nuestra definición puede conducir a lo que, a primera vista, pueden parecer distinciones arbitrarias.

     Por ejemplo, podemos mover todos los cuerpos (o más bien, todas las posiciones radicales) en Ascensión Recta, un método fácil de direcciones primarias que fue publicado primero, según creo, por Sepharial en el British Journal of Astrology. Determinando la distancia en ascensión recta entre dos puntos cualesquiera que queramos dirigir, podemos convertir este “arco” en tiempo. Se han propuesto varias correspondencias, pero las dos principales son la de 1º de ascensión recta por año, y la de Naibod, el cual emplea el movimiento solar medio de 59’ 8” al año, mencionado en la Introducción en relación con el Sistema Radix. (I)
(I) La medida de 59’ 8” no es tan difícil de usar como podría suponerse. Es, por supuesto, más lenta que la de 1º, y por tanto indica una fecha posterior en la vida. Para convertir el arco de 1º en el de Naibod, súmese al primero tantos minutos como grados haya (redondeando el arco al grado más cercano, de modo que, v.g. 20º 50’ se redondea a 21º) menos tantos minutos como decenas de grados haya, de nuevo redondeando a la decena más cercana. Por tanto 20º 50’ sería más 21’ menos 2’. El resultado quedará siempre lo suficientemente cerca para todos los propósitos ordinarios.


Caso nº 1

La de arriba es la natividad de un hombre, nacido en Wiltshire a las 8.10 a.m., 25 de junio de 1891.

     El 30 de octubre de 1923 fue contratado para supervisar una correa de impulsión en una fábrica donde él trabajaba como ingeniero. Ordenó a un operador que detuviera la maquinaria, pero éste último, por equivocación, la activó de nuevo. El nativo sufrió el desgarro de su brazo, sepsis permanente y su vida fue salvada por poco. Fue compensado por su firma, pero su carrera estaba arruinada.


EL  MÉTODO  DE  LA  ASCENSIÓN  RECTA

     Este método, que es sencillo y valioso, especialmente para acontecimientos definidos a diferencia de condiciones psicológicas, puede ser ilustrado, por lo tanto, mediante el caso nº 1 de la página anterior.

    Tomemos la Luna en oposición a Marte.

A.R. 14º 48’ Acuario           =      317º 16’
A.R. 14º 13’ Capricornio     =      285º 26’
                ________________________
Diferencia                             =       31º 50’
Sumar, para ecuación de Naibod          29’
                     ______________________
                                            =       32º 19’

     Esto queda muy cerca del tiempo del accidente, el cual ocurrió a la edad de 32 años y 127 días; 127 días son en relación a un año de 365 días, como 21’ es a 60’, de modo que la edad de 32 años, 127 días la expresaremos como 32º 21’, en términos de arco.

     La palabra “arco” es comúnmente empleada en direcciones primarias, y es útil en simbólicas, pero como no se usa en secundarias, puede ser conveniente alguna explicación de su significado. Significa poco más que distancia, la distancia entre dos cuerpos o entre un cuerpo y un punto. Los arcos en direcciones primarias se miden en ascensión recta, y éste es también el caso en el método que estamos tratando ahora, el cual es de tipo primario. Pero en direcciones simbólicas nos remitimos a la eclíptica, y los arcos son medidos por este círculo de referencia. Estos arcos o distancias de separación son, por supuesto, proporcionales a un lapso de tiempo, pero la razón de correspondencia depende de la medida utilizada. Si decimos que un grado equivale a un año, entonces es obvio que una distancia, o arco, de 30º equivale a 30 años, una de 30º 30’ equivale a 30½ años, etcétera, cada grado es un año y cada 5’ un mes (aproximadamente). Es por esta medida que la edad dada más arriba (32 años y 127 días) equivale a 32º 21’.

     Pero si decimos (a modo de ejemplo) que dos grados equivalen a un año, entonces un arco de 32º 21’ equivaldría solamente a 16 años, 2 meses (aproximadamente). Y si decimos que la mitad de un grado equivale a un año, entonces 32º 21’ equivaldría a 64 años, 8 meses (aproximadamente). En otras palabras, un punto o cuerpo moviéndose medio grado por año tomaría 64 años, 8 meses en recorrer 32º 21’.

     Dicho de otro modo, en el caso nº 1 citado más arriba, la Luna, llevada a través del cielo a razón de 59’ 8” por año, alcanzaría la oposición al lugar radical de Marte en 32 años y 19/60 de año. Ahora bien, el accidente ocurrió a la edad de 32 años y 21/60, o un trigésimo de año más tarde. En otras palabras, la dirección se cumple alrededor de 12 días después, una discrepancia relativamente muy pequeña.
     Del mismo modo, podemos mover Neptuno hasta el M.C., un movimiento que, por supuesto, también ocurre realmente.

     Aquí tenemos:

A.R. Neptuno    = 65º 44’
A.R. de  M.C.    = 33º 31’
                          _______

Diferencia          = 32º 13’

Ecuación            = 32º 42’  

     Aquí el arco difiere 21’ del verdadero arco para el accidente, que representan más de cuatro meses. Puede ser que la hora de nacimiento no fuera registrada con absoluta precisión. O podemos suponer que la dirección muy probablemente hace referencia a los principales acontecimientos que sucedieron inmediatamente después del accidente, tales como el abandono del trabajo, las experiencias en el hospital, etcétera.

     Estos dos ejemplos se dan porque pienso que este método tiene mucho valor,(II) y es mucho más simple que las primarias convencionales. 
(II)En mi experiencia se acerca extraordinariamente en el tiempo, quedando a menudo a muy pocos días de la fecha exacta.
Pero no es simbólico en el sentido de nuestra definición, porque hay un movimiento uniforme real de todas las posiciones radicales, debido a la rotación de la tierra, el cual es semejante para todos, ya se trate del lugar radical del lento neptuno o de la rápida luna. Cada uno cruza el cielo de este a oeste sobre el horizonte, y de oeste a este por debajo del horizonte, en arcos paralelos al ecuador celeste y entre sí, así que cada punto llega, en un momento u otro, a la misma distancia, en ascensión recta, desde el meridiano que cada uno de los otros puntos ocupaba en el nacimiento. El tiempo tomado para completar este arco direccional puede ser indicado en grados de A.R. y éstos pueden ser traducidos en “edad” real a razón de 1º por año, ó 59’ 8” –cualquiera de ellos puede dar los mejores resultados. Sin duda, la medida es válida por razones simbólicas, pero está basada en un movimiento real, que puede ser observado en cualquier noche clara a simple vista, o, para este asunto, en tiempo diurno cuando vemos el desplazamiento del sol desde la aurora hasta el ocaso.
    
     Pero suponiendo que movemos, o fingimos mover, cada planeta en longitud (es decir, a lo largo de la eclíptica) a razón de 1º por año, ó 59’ 8”, o alguna otra medida, entonces estamos actuando, desde luego, más simbólicamente. Es verdad que cada planeta se mueve hacia adelante en la eclíptica; incluso si está retrógrado en el nacimiento, finalmente se pone directo, y avanza hacia adelante. Pero es de astrología elemental que cada uno se mueve a una velocidad diferente, y si aplicamos la misma medida a todos ellos, haciendo caso omiso de esta diferencia, parecerá que lanzamos un violento desafío a la astronomía. El estudiante avanzado en cuestiones astronómicas dirá: “Si se trata del movimiento real en longitud, entonces ¿cómo van a moverse todos los cuerpos a la misma velocidad? Si se trata del movimiento aparente, entonces se debe medir en ascensión recta.”

     Debemos responder que no se trata de ninguna de las dos cosas; y que los métodos simbólicos no se presentan como antagónicos de los astronómicos, sino como diferentes. Y aun el partidario de los métodos de direcciones más estrictamente astronómicos tendrá que admitir que incluso en éstos subyacen consideraciones simbólicas, porque las medidas de 1º de A.R. por año, o de un día por año, son ciertamente de este carácter.

     Por tanto, tenemos dos métodos análogos. Uno es astronómico, hasta donde la astrología es astronómica, y consiste en mover todos los cuerpos y lugares de aspecto en ascensión recta. Éste ha sido ilustrado más arriba, pero no está propiamente dentro del tema de este trabajo. El otro es simbólico, y consiste en mover esos mismos factores en longitud.

     Como ya se explicó, cada uno de estos dos puede usar varias medidas de tiempo. Como la simple de 1º por año.(III)
(III) Llamo a ésta la Medida de Un Grado y uso la abreviatura U-G después de una dirección para significar que es de esta clase.
     Aplicaremos ésta al mismo horóscopo que hemos citado ya, pero ahora trabajaremos solamente con la medida en longitud.


EL  MÉTODO  DE  UN-GRADO
       
     Si dirigimos Saturno hasta la cuadratura con Marte, una distancia de 32º 19’, a 1º por año, obtenemos casi el arco exacto para el accidente, el cual, según vimos, era 32º 21’. Aquí la medida de 59’ 8” estaría muy retrasada, dando 32º 48’.

     La misma medida de 1º da Sol cuadratura M.C. radical (32º 24’). De la Luna a Júpiter hay 32º 58’ –quizás ésta es significativa de la compensación recibida por el nativo. En lugar de la Luna en oposición a Marte, que era tan cercana en el sistema de A.R., ahora tenemos a Marte en oposición a la Luna, con un arco de 30º 35’, y ni siquiera empleando la medida de Naibod nos acercamos lo bastante al accidente. Sería interesante conocer si algún otro acontecimiento tuvo lugar en el trigésimo primer año.

     Se habrá observado que en estos dos sistemas movemos los cuerpos en distintas direcciones. En el sistema de A.R. los movemos en el sentido de las agujas del reloj, según su movimiento natural. No tenemos necesidad de complicar el asunto con direcciones conversas, tales como Marte conjunción Ascendente. Marte no puede, según su movimiento aparente, alcanzar el ascendente, pero este punto radical (20º 17’ Leo) puede, desde luego, subir hasta Marte, formando Ascendente radical conjunción Marte. En el sistema simbólico moveremos siempre los cuerpos en el sentido del zodíaco. Por tanto, en el primero, como hemos visto, la Luna llega a la oposición de Marte, y en el último Marte avanza, por movimiento ficticio, hasta la oposición con la Luna. Quizás tales distinciones son en realidad arbitrarias, pero es más fácil tener un método claro y ceñirse a él en la práctica.



Caso nº 2

     Esta es la carta natal de un muchacho, nacido en Sheffield, a las 1.15 p.m. del 17 de febrero de 1911.

     Murió el 18 de marzo de 1926, a 1.30 a.m., de septicemia, ocasionada por haber pinchado un forúnculo con la punta sucia de un compás. Él había tenido sarampión poco antes de la Navidad anterior.

     Examinando este caso por la medida de Un-Grado, pero dejando de lado el método de la ascensión recta, ya que no es simbólico y ha sido explicado principalmente como contraste y por su valor intrínseco, hallamos que el arco para la muerte es de 15º 5’.
   
     De Marte a Urano hay 15º 3’ y resulta una dirección cercana y característica, sin ecuación [de Naibod (N. del T)]

     La cuadratura del ascendente a Saturno es otra medida cercana. Puede parecer extraño mover el ascendente, incluso simbólicamente, a la misma velocidad que los otros puntos, ya que estamos acostumbrados a considerar su movimiento en ascensión oblicua, pero tales direcciones son de gran valor, aunque la progresión en ascensión oblicua es también importante, como es bien sabido.

     Se puede observar que en este caso el Sol estaba cerca del trígono con Júpiter, Neptuno, y el ascendente radical, de la conjunción con Venus y del sextil con Marte. Esto ilustra el carácter insatisfactorio del gran trígono. Obsérvese también la cuadratura de Saturno a la octava cúspide, y Nodo sur de la Luna con Júpiter en Escorpio.

     Es un cuestión de inconveniencia práctica que parezca difícil decidir si es la mejor la medida de un-grado o la de 59’ 8”. He sugerido una posible explicación del problema en la Introducción a esta obra, pero en la práctica encuentro que los acontecimientos tienden a seguir la medida más rápida de un-grado y preceder a la más lenta medida de Naibod, de manera que caen entre los dos puntos del tiempo, como entre paréntesis. Pero los estudiantes experimentados comprenderán muy bien lo difícil que es llegar a un acuerdo en una cuestión como ésta. Una dirección potente puede extender sus efectos a lo largo de un periodo considerable, y el momento exacto de incidencia dependerá principalmente de los tránsitos y de la luna en secundarias, los cuales, aunque necesariamente omitidos aquí, son muy valiosos como índices del momento en que una más poderosa pero menos definida influencia surtirá efecto. Por ejemplo, en el caso nº 1, la oposición progresada Luna Urano era exacta en el día del infortunio.

     Habiendo dicho éste mucho acerca del sistema de un-grado y sus afines, que yo considero como la base de la astrología simbólica, puedo pasar a dos métodos explicados por Mr. W. Frankland en sus libros anteriormente mencionados.

     La edad a lo largo del zodiaco es un método por el cual podemos suponer que un punto imaginario se desplaza a lo largo de la eclíptica desde 0º Aries, a razón de 1º por año, formando aspectos.

     El Punto de la Vida es un punto imaginario que, partiendo de 0º Aries en todos los casos, se desplaza a través del zodíaco a razón de un signo cada siete años, ó 4 2/7 º por año, formando aspectos con las posiciones radicales.

     Mi experiencia de este método es que es valioso y merece la atención de todos los estudiantes, aunque su influencia puede ser de un carácter difuso, indicando la predisposición general de un periodo más bien que acontecimientos especiales. Parece debilitar poderosamente las direcciones en curso, impregnándolas, según esté, de modo que incluso influencias técnicamente maléficas pueden producir algo bueno. En un caso por mí conocido un estudiante relataba el mejor año que había tenido nunca, aunque el Sol había pasado sucesivamente las oposiciones de ambos maléficos; había trabajado muy duro y afrontado riesgos, pero, aparentemente porque el Punto estaba realizando buenos aspectos por entonces, había logrado considerable éxito y beneficio.

     En su segundo libro, Nuevas medidas en astrología, Mr. Frankland plantea, entre otras cosas, una medida uniforme de 4/7 º por año.


LA  MEDIDA  NARÓNICA

      Refiriéndose a esta proporción de 4/7 en el British Journal of Astrology de abril de 1929, Sepharial dice que esta medida debe estar basada en el Naros o periodo narónico, de 600 años. Un seiscientosavo de 360º es 3/5 º, y esto, desde luego, queda muy cerca de 4/7 º,  siendo 21/35 º el uno y 20/35 º el otro.

     Sepharial escribe de esta progresión que es “útil en la determinación de periodos de depresión y expansión en cualquier vida dentro de la cual las direcciones astronómicas formadas por el avance planetario en los sistemas más estrechamente matemáticos  encuentran de nuevo significado adicional cuando las dos series de indicaciones concuerdan.”

     Una consulta a los ocho casos ofrecidos en esta obra, teniendo en cuenta la medida narónica, parece confirmar su gran valor.

     Encontramos, por ejemplo:

Caso Nº
1. Urano cuad. Luna, Asc. cuad. Neptuno (ambos [aspectos] bastante amplios [de orbe] )
2. Venus cuad. Urano, Urano conj. Mercurio, Luna cuad. Urano.
3. Urano op. cusp. 8, Saturno cuad. Sol.
4. Sol cuad. Marte.
5. Júpiter cuad. Luna, Mercurio cuad. Júpiter, Urano quincucio Sol.
6. Neptuno cuad. Mercurio, Mercurio quincucio Urano.
7. Neptuno op. Urano, Júpiter cuad. Marte.
8. Júpiter cuad. Mercurio, Marte conj. Sol, Luna cuad. Urano.
     En mi modesta opinión, esta proporción (o la alternativa de 4/7 ) es del máximo valor y una brillante contribución a la ciencia astrológica.

       Como con todas las medidas lentas, algún orbe de tiempo debe ser permitido. Casi todas las direcciones anteriores son exactas en torno a un grado o menos, y, en esta proporción, un grado equivale aproximadamente a veinte meses. Pienso que a las direcciones más importantes calculadas por esta medida se les debe asignar alguna influencia por lo menos durante un año y medio antes y después, respondiendo, por supuesto, a la excitación durante ese periodo por otras medidas más rápidas que actúan de modo semejante.

     A menudo dan comienzo a una nueva época en la vida, con un carácter específico según su naturaleza, iniciándose tal época alrededor de la exactitud, y durando a partir de entonces por uno o dos años. 

     La elección entre las proporciones de 3/5 y 4/7 se debe dejar en manos del mundo astrológico, el cual todavía no ha tenido tiempo de probarlas.

     Es interesante contrastar los métodos de Mr. Frankland con los recomendados en este libro.

     Aunque él aplica la medida de 4/7 º a todos los cuerpos, las medidas de un-grado y la de 4 2/7º las aplica solamente al 0º Aries.

     Pero aquí recomendamos el uso de estas dos medidas, como también de otras, en relación con el Sol, la Luna, los planetas y los ángulos, mientras que, al mismo tiempo, no pretendemos disminuir el valor de 0º Aries, el cual es, por supuesto, el análogo zodiacal del ascendente mundano.     

     De hecho, es probable que 0º Aries pueda ser utilizado para todos los propósitos prácticos como una especie de ascendente zodiacal, y ser progresado de manera similar; tampoco es improbable que, por lo mismo,  0º Capricornio pueda funcionar como un análogo zodiacal del Mediocielo. Quienes se tomen el trabajo de llevar esta idea más lejos, pueden aplicar todas las proporciones aquí explicadas a esos puntos, y es probable que aparezcan resultados satisfactorios.


               LA   MEDIDA   DUODENARIA

     Ésta no ha sido, que yo sepa, divulgada antes de la publicación de El zodíaco y el alma; desde entonces ha sido utilizada experimentalmente por algunos estudiantes capacitados con excelentes resultados.

     Mientras consideraba los méritos respectivos de las medidas de Un-Grado y 59’ 8”, se me ocurrió que, puesto que el círculo zodiacal se divide primeramente en doce partes, a saber, los signos, una subdivisión de los signos en doce partes, de 2½º cada una, debería ser de utilidad en direcciones. Es, desde luego, bien conocido por los estudiantes que tal unidad es usada por los hindúes, bajo el nombre de dwadeshamsa, o duodécimo, y no es de ningún modo improbable que haya sido empleada en el Este como unidad direccional, aunque no tengo información sobre esto.

     Comoquiera que sea, encuentro que una progresión uniforme de todos los cuerpos a razón de 2½º por año brinda excelentes resultados.

      Llamo a este sistema el Duodenario [the Duodenary], prefiriendo el término español [inglés], de origen latino, al hindú.

     Por supuesto, su uso se explica casi por sí solo. Para hallar el arco para una edad, multiplicar esta edad por 5 y dividir entre 2. Para convertir un arco en edad, multiplicarlo por 2 y dividirlo entre 5.

     Por ejemplo, en 14 años asumiremos que los cuerpos se habrán movido 35º [14 x 5 = 70, / 2 = 35]. Si hay un arco de dirección de 66º, entonces éste será convertido en 26 2/5 años [66 x 2 = 132, /5 = 26 2/5].

     Podemos examinar nuestros dos primeros casos a la luz de esta medida.

     En el caso nº 1 tenemos los siguientes arcos, obtenidos tomando la distancia que el primer cuerpo necesita recorrer para alcanzar al segundo, y multiplicando ésta por 2 y dividiendo por 5.

     De este modo, la distancia de Marte a la cuadratura con el Sol es de 79º 13’. Dos veces ésta es 158º 26’, y un quinto de ésta es 31º 41’, que es claramente próxima al acontecimiento.

     Del mismo modo, tomamos Júpiter conjunción Neptuno, 31º 54’; M.C. cuadratura Urano, 32º 40’; Mercurio conjunción Saturno, 32º 52’; arco promedio = 32º 17’.

     En el caso nº 2 la cerrada cuadratura natal de la Luna y Neptuno avanza al encuentro de aspectos tensos con el Sol, porque el arco de 15º 5’ multiplicado por 5 da 72º 25’, que al dividirlo entre 2 es 37º 42’, trayendo a Neptuno a 26º 55’ de Leo y a la Luna a 25º 41’ de Escorpio. De manera semejante, el M.C. se desplaza hacia la cuadratura de Neptuno y la oposición de la Luna, y Marte llega al quincucio de Neptuno.

     Aconsejamos a aquellos que cuestionan el valor de la medida duodenaria que prueben con unas pocas cartas, calculando direcciones con ella para algunos acontecimientos bien definidos.

     Con objeto de hacer esto, recientemente elegí, de una colección de cartas que había hecho con un propósito totalmente distinto, las doce primeras entre quienes habían muerto y cuyo año de muerte podía consultarse. Entonces busqué las direcciones cercanas a estas fechas.

     El resultado de una rápida investigación fue el siguiente: 

WOLSELEY, Luna conj. Marte exacta.
RHODES, Neptuno conj. Sol, Sol y Luna op. Urano, Marte cuad. Sol, Saturno cuad. Luna, Urano op. Neptuno.
BLAKE, W., Sol op. Júpiter exacta, Júpiter op. Mercurio.
EDWARD VII, Luna conj. Urano, Sol cuad. Neptuno, Saturno op. regente.
CARROLL, Sol op. Neptuno, Neptuno op. Mercurio, regente op. Urano, Saturno conj. regente.
JAMES II, Neptuno op. Sol cuad. Luna, Marte op. asc. rad.
KANT, Sol conj. Neptuno, Neptuno cuad. Luna.
CRABBE, G., Sol op. Saturno exacta.
CHAMBERLAIN, Sol conj. Neptuno, Saturno conj. Luna.
GOULD, JAY, Sol conj. Saturno, Júpiter op. Sol, Urano cuad. Luna.
BROUGHAM, Sol op. Saturno.
DICKENS, Sol quincucio Neptuno. Regente de 8ª en 8ª en mal aspecto con Luna, Venus, y Neptuno.

     Entre éstos, el último es el único en el que no se aprecian indicaciones de grave peligro. Quizás, si el ascendente fuera conocido con exactitud y certeza, podríamos encontrar a Neptuno en una oposición más cerrada que 5º. Es notable que este planeta esté tan a menudo en aflicción; Creo que está íntimamente conectado con la muerte a través de su relación con la casa 12, la casa de la disolución y el abandono. Cuando está afligido, podemos esperar que este proceso sea acelerado por preocupaciones y una tendencia al exceso de susceptibilidad y carencia de “fibra” en la constitución física y psíquica.


LA MEDIDA SUB-DUODENARIA

     Es un maravilloso ejemplo de simbolismo cósmico que una medida, que he nombrado más arriba, pueda estar basada también en un doceavo de la doceava parte de un signo, es decir, sobre un incremento anual de 12’ 30”.

     Esta minuciosa medida es de gran valor para rectificación.

     Tiene otra peculiaridad muy importante. Es tan lenta que el equivalente de un tiempo de vida de 72 años es solamente 15º. De ahí se sigue que casi todas las direcciones formadas por ella son la culminación de aspectos ya dentro de orbe en el nacimiento. Éste es ciertamente el caso para, al menos, los primeros cuarenta años de vida, exceptuando en todo caso los aspectos menores con orbes pequeños. Por eso es, quizás, la medida ideal para pronosticar cuando un aspecto radical será sentido con mayor claridad. Se sabe que muchos de éstos funcionan fuertemente por muchos años, y de pronto parecen desvanecerse y no ser de gran efectividad, ni siquiera bajo el estímulo de la luna en secundarias ni de los tránsitos. Las sub-duodenarias parecen cubrir, como mucho, entre seis y diez años de vida. Aunque, como la mayoría de las direcciones simbólicas, normalmente los efectos tienden a acercarse a la fecha exacta, en el caso de esta medida pueden extenderse por ambos lados durante tres, cuatro o cinco años, actuando como fondo general.

     Naturalmente, rara vez es muy grande el número de direcciones que se pueden formar, ya que el avance es tan lento. Cuando dos contactos se siguen uno a otro en relativamente poco tiempo (como, por ejemplo, en mi propia carta, Mercurio haciendo conjunción al Sol y después trígono a Urano) la segunda dirección tiende a acumular el total, de modo que realmente obtenemos una estimulación (en el caso citado) del trígono radical Sol-Urano por Mercurio progresado.

     En cuanto a nuestros casos, el nº 1 no parece mostrar ninguna indicación por esta medida. El nº 2 tiene un arco de 3º 7’, el cual trae el ascendente hasta Neptuno. Los casos que se dan más adelante en esta obra son también dignos de estudio, pero el lector debe recordar que, con una medida tan lenta, es raro encontrar no ya varias direcciones bastante próximas, sino tan siquiera una que sea casi exacta. Por esta medida, incluso medio grado equivale a unos dos años y cinco meses, lo cual es un margen de tiempo extenso, aunque no imposible.

     El arco sub-duodenario es siempre exactamente un doceavo del duodenario, por lo que puede deducirse inmediatamente de él.

     Un caso interesante es el del rey Jorge V, cuya reciente enfermedad  ocurrida a la edad de aproximadamente 63 años y 6 meses, representa 13º 14’. Añadido ese arco al Sol radical éste queda en oposición exacta a Júpiter radical, regente de la casa 12. El mismo añadido deja a Marte en cuadratura con Mercurio y la cúspide de la casa 8.
     Esto demuestra que las sub-duodenarias, además de producir una predisposición general durante algunos años, son frecuentemente acompañadas por un acontecimiento especial que ocurre cerca de la exactitud.

     La siguiente tabla muestra el número de años y de décimas de año que se corresponden con cada grado, según esta medida.

Grados de arco.   Edad correspondiente.

           1.................4,8
           2.................9,6
           3................14,4
           4................19,2
           5................24,0
           6................28,8
           7................33,6
           8................38,4
           9................43,2
          10................48,0
          11................52,8
          12................57,6
          13................62,4
          14................67,2
          15................72,0

Cada minuto de longitud tiene un valor de 0,08 años, y cada 5’ de 0,4 años, ó 146 días.

     Esta medida puede aplicarse al Punto de la Vida –0º Aries– con excelente resultado. Así era con Neptuno en la natividad del rey Jorge y el estallido de la guerra, pasando, afortunadamente, al sextil del Sol. En la natividad de Guillermo II estaba, es cierto, yendo hacia el sextil con Júpiter en el estallido de la guerra, pero ese planeta estaba débil, y desde esta dirección pasaba a la cuadratura con Mercurio, su dispositor y regente de la casa 12.


LA  MEDIDA  NOVENARIA

     Llegamos ahora a otra valiosa medida.

     La medida novenaria, como su nombre indica, está basada en una división del signo de 30º en nueve partes, de 3º 20’ cada una.

     Los estudiantes ingleses de astrología hindú son conscientes del valor del navamsa o novena parte de un signo.

     Esta medida es, por supuesto, más rápida que la duodenaria, y es, quizás, menos importante; aun así, es de un valor considerable.

     Aplicándola a los casos 1 y 2 obtenemos los siguientes resultados:

CASO  Nº 1

     32º 21’ debe ser multiplicado por 3 1/3, ó 10 entre 3, para cambiarlo desde la medida de 1º a la novenaria. Esto da 107º 50’. Esto significa que cada cuerpo se mueve hasta la cuadratura de su lugar radical más 17º 50’.
     Entonces Urano se encuentra en 15º 11’ de Acuario, en conjunción con la Luna.
     El ascendente se mueve hasta 8º 7’ de Sagitario, quedando en oposición con Neptuno.
     Indicaciones muy impresionantes, incluso dejando a un lado las proporcionadas por otras medidas.

CASO  Nº  2

     15º 5’ multiplicado por 10 entre 3 es 50º 20’.
     Añadido al Sol, este cuerpo queda a 18º 6’ de Aries, en oposición a la Luna y cuadratura a Neptuno.
Añadido ese arco a Urano, éste es llevado a 17º 27’ de Piscis, conjunción con Venus.
     El M.C. llega hasta Saturno.
    La Luna alcanza la conjunción con Antares, la perniciosa estrella en la constelación de Escorpio.


LA  MEDIDA  SEPTENARIA

     La cuarta medida que mencionaremos es la septenaria, basada, como su nombre indica, en una división del signo en siete partes, o unidades de 4 2/7 º cada una. Esta es la medida del Punto de la Vida, pero yo la aplico no sólo al primer punto de Aries, sino a todos los factores horoscópicos, y tengo pocas dudas sobre su validez, aunque, siendo más rápida que las otras, puede ser menos importante.

     Aplicando ésta al caso nº 1 tenemos al Sol en cuadratura al Ascendente y a la Luna en conjunción con el Sol –ambas direcciones típicas de grandes cambios, mientras Neptuno y Venus llegan hasta Urano. En el caso nº 2, el Sol alcanza la conjunción con Saturno, regente de la casa 8.

      Estos resultados deben considerarse satisfactorios, y aunque no siempre podemos encontrarlos, con todo las cuatro medidas constituyen una red por medio de la cual ¡pocos acontecimientos tendrán lugar sin la autorización de una dirección apropiada! Por otra parte, no suministran tal muchedumbre de direcciones como para conducir a la previsible conclusión de que siempre habrá una o más para cada acontecimiento posible –una crítica que se ha hecho (pienso que injustificadamente) contra algunos sistemas.

     Los que encuentran excesivo aplicar las cuatro medidas a todos los elementos de la carta aconsejan usar solamente los significadores tradicionales, el Sol, la Luna y los ángulos. Éstos bastarán para todos los acontecimientos importantes, pero si se necesita la fecha exacta de cumplimiento, entonces habrá que usar lunaciones, tránsitos y progresiones secundarias de la luna.

     Nuestro siguiente tema de investigación es un sistema que se sostiene por sí mismo, y es, quizás, incluso más simbólico en su concepto que los que acabamos de considerar.


EL  MÉTODO  FRACCIONARIO

     El sistema fraccionario, expuesto por primera vez en el Zodíaco y el Alma, es un desarrollo del conocido método de Un-Grado, o, alternativamente, del sistema Radix.
     Este método se me ocurrió mientras examinaba la natividad del general Charles Gordon. Murió bajo un arco de 52º y esto es exactamente el doble de la distancia entre su Marte y su Luna.

     Me parecía posible que, como la distancia entre dos cuerpos cualesquiera en la natividad representa su relación mutua primaria, o básica, en tanto que específica, podría tratarse aquí de relaciones secundarias, expresadas en tiempo, que podrían derivarse de ese arco primario. En otras palabras, si la medida primaria es 1º por año, ¿no podría haber aquí medidas subordinadas correspondientes a las principales fracciones de 1º?

     Aquí, en el caso de Gordon, una medida de ½ º pone a la Luna y Marte en relación. ¿Era esto casual o significativo de una ley simple, pero valiosa?

     En la obra anteriormente mencionada se dan numerosos casos que parecen apuntar hacia la última conclusión, y un riguroso examen de mi propia vida, a la luz de esta idea, la prueba satisfactoria.

     Está claro que este sistema es fácilmente ridiculizable. Uno puede, por supuesto, calcular innumerables arcos de dirección, por constante subdivisión del arco básico, o por constante multiplicación si es pequeño. ¿Pero es ésta una objeción válida? ¿Acaso no están los planetas en interacción constante?

     Sean cuales fueren los fundamentos teóricos de este asunto, creo que podemos calcular eficazmente arcos subordinados para producirse, en promedio, cada alrededor de cinco años, y éstos darán resultados evidentes con tal que el nativo viva lo que podríamos calificar de una vida “viva”. Esto significará que un arco básico de 80º puede ser dividido en 1/2, 1/4, 1/8, 3/8, 5/8, 3/4, y 7/8 de arco, junto con los sub-arcos adicionales de 1/16, haciendo 15 en total, más el arco básico. Si el arco básico es mucho menor, entonces las divisiones de 1/16 pueden omitirse, quedándonos con 7, más el arco básico. Si el arco básico es muy pequeño, entonces tendremos que tomar sub-arcos de 1¼, 1½, 1¾, 2, y así sucesivamente. Los sub-arcos que se produzcan en la vida con más frecuencia tendrán probablemente menos importancia. 

     Al examinar este método es necesario tener en cuenta la frecuencia con la que es posible calcularlos, y, a menos que sea posible encontrar arcos apropiados para los acontecimientos con una mínima desviación en la fecha, se debe considerar todo el método como ilusorio. Pero mi experiencia es que, de hecho, pueden encontrarse tales arcos muy cercanos, y mientras casi cualquier sistema producirá algún tipo de dirección para los acontecimientos de la vida, dentro del margen de un año o así, o, a la inversa, algún tipo de acontecimiento para cualquier dirección, es dudoso que puedan encontrarse direcciones verdaderamente adecuadas en torno a una semana o así de los acontecimientos, a menos que el método empleado sea válido.

     Los investigadores deberían ser realmente muy estrictos sometiendo a prueba ideas nuevas de esta clase, y sería bueno atenerse al criterio de que una clara excepción destruye la regla, por muchos casos que puedan aducirse para sostenerla. No quiero decir con esto que un sistema deba exigir que se encuentre una dirección para cada acontecimiento, aunque idealmente podamos pedirlo, sino que un sistema que produzca una sola dirección para la cual no haya un acontecimiento correspondiente en la vida como sería de esperar según lo señalado, debe ser incorrecto, a menos que se pueda encontrar una buena y suficiente razón para el fracaso, como, por ejemplo, la presencia de adecuados factores neutralizantes. Estoy algo indeciso acerca de la admisibilidad incluso de esta excusa, porque la experiencia más bien indica que las direcciones coincidentes de naturaleza contraria no se interfieren tanto, sino que actúan en diferentes canales.  

     Aquellos que aspiran a usar la astrología direccional probablemente convendrán en que direcciones poco fidedignas son peores que ninguna en absoluto.

     El cálculo de sub-arcos en este sistema es extremadamente simple.

     Por ejemplo, en mi carta el arco básico Sol-Marte es 18º 37’. Podemos entonces seguir:

   Arco básico Sol-Marte........  18º 37’
              ½ de arco ........   9º 18’
              ¼ de arco ........   4º 39’

     Como el último de éstos es menor de 5º no debemos ir más allá, pero a partir de ellos podemos obtener:

             ¾ de arco ........  13º 57’
            1¼ de arco ........  23º 16’
            1½ de arco ........  27º 55’
            1¾ de arco ........  32º 34’
            2  de arco ........  37º 14’    

     Todas éstas fueron épocas de Marte en mi vida, aunque, por supuesto, de ningún modo las únicas, porque el planeta puede también relacionarse de la misma manera con los ángulos, la Luna y los otros planetas. Hay, sin embargo, mucha verdad en la tradicional limitación de las direcciones a aquellas que involucran uno de los cuatro significadores, Sol, Luna, M.C., y ascendente, a los que algunos añaden la Parte de la Fortuna. Las direcciones interplanetarias tienen ciertamente menos valor en la mayoría de los sistemas.

     Con respecto a los orbes, la mayor parte de estas influencias duraron dos o tres meses, con una propensión a actuar especialmente bajo otras influencias subordinadas, tales como tránsitos y la luna en secundarias. Aparte de éstas, las fraccionarias actúan como una especie de difusa corriente subterránea, claramente perceptible para el estudiante atento, especialmente si es introspectivo; pero no siempre productivas, por sí solas, de acontecimientos definidos.

     Con respecto al carácter de estas influencias, depende de (a) la naturaleza esencial de los cuerpos, y (b) su fuerza radical. Por ejemplo, Marte-Saturno siempre es malo, aunque menos si están fuertes en la natividad. Una interacción tal como Sol-Marte es energizante, impulsiva, estimulante, pero no necesariamente mala.

     Yo mismo no calculo fraccionarias de un cuerpo a un lugar de aspecto, sino sólo de un cuerpo a otro, con excepción de una oposición cerrada, donde el arco básico se tomaría desde un cuerpo al punto de oposición de otro.

     Está por ver si finalmente puede encontrarse que una fracción tiene un carácter diferente de otra, y así como nuestros aspectos tradicionales están basados en la mitad, el tercio, y el quinto del círculo, puede encontrarse que, además de la mitad del arco básico y sus derivados, podemos tomar también el tercio y sus derivados, e incluso el quinto.

     Volviendo a nuestros dos casos, debemos recordar que el arco para el primero era 32º 21’.
     En tal caso, podemos, sin muchos riesgos, mirar a Saturno y Marte, tan constantemente implicados en casos de desgracia física grave. Están separados por 57º 41’; 9/16 es 32º 26’ –muy cerca en tiempo y apropiado en naturaleza. El Sol y Marte están a 10º 47’; multiplicado por 3, tenemos 32º 21’. De Neptuno al Sol hay 25º 54’, y 1¼ de esto es 32º 22’. Nótese que estos arcos están todos dentro de alrededor de tres semanas de la fecha exacta: tal precisión apenas puede ser casual. Un cuarto arco característico es ascendente a Saturno, 21º 37’; 1½ es 32º 25’. Saturno en Virgo es bastante adecuado para un accidente por maquinaria. Obsérvese que estas medidas no están equiparadas.

     En el caso nº 2 vimos que Marte-Urano quedaba muy cerca del arco básico. De Urano al Sol hay 30º 39’ y la mitad es 15º 20’, que está cerca.

      En este punto, podemos aportar dos casos más de accidentes para ilustrar el método fraccionario, aunque pueden también ser examinados por quien lo desee a la luz de otros procedimientos.


CASO  Nº  TRES

     El nativo del siguiente horóscopo era un joven que se mató en un coche, durante una tormenta de viento, cerca de su decimoséptimo cumpleaños. Fecha de nacimiento, 11 de mayo de 1903, 8 p.m., 39º 45’ N., 105º W.
     Como el arco básico para la muerte es (aproximadamente) 17º 0’, que no es una cifra grande, no lo subdividiremos más que por 2, obteniendo por consiguiente múltiplos de ½ arco, de 8º 30’. 
Por tanto, 1 = 17º, 1½ = 25º 30’, 2 = 34º 0’, 2½ = 42º 30’, 3 = 51º 0’, 3½ = 59º 30’, 4 = 68º 0’, y 5 = 85º 0’. Buscando en la carta distancias próximas a éstas, hallamos:

    Sol a op. Urano........... 34º 40’
    Sol a Neptuno ............ 41º 40’
    Marte a Luna ............. 59º 21’
    Neptuno a Marte .......... 85º 37’



Caso nº 3

     Todos éstos están cercanos. Podemos ver hasta dónde se acercan convirtiéndolos conforme a la aplicación de la fracción apropiada.

     Por tanto:
   34º 40’ dividido entre 2 igual 17º 20’
   41º 40’      “         2½  “   16º 40’
   59º 21’      “         3½  “   16º 57’
   85º 37’      “         5   “   17º 07’


     Para obtener el arco medio de estos cuatro sólo necesitamos sumarlos y dividir por 4. El resultado es 17º 01’, el cual está lo bastante cerca del desafortunado decimoséptimo cumpleaños del chico como para satisfacer al crítico más exigente.


CASO  Nº  CUATRO


Caso nº 4

     Este nativo murió atropellado por un automóvil a la edad de 9 años y casi 5 meses. Nació el 24 de julio de 1911, 2 p.m., 44º 20’ N., 95º 45’ W.; Sexo, varón. Murió el 18 de diciembre de 1920. El arco para la muerte es, pues, 9º 24’.

     Las indicaciones radicales son aquí más severas que en el caso precedente, porque el Sol está en aflicción con Marte, Júpiter, Urano y Neptuno, y el ascendente está sitiado por las oposiciones de los maléficos, estando solamente la Luna y Mercurio moderadamente bien situados.

     Las aflicciones fraccionarias son aquí típicas y cercanas en el tiempo. Marte-Mercurio, 1/8, es 9º 24’, Neptuno-Sol, 1, es 9º 06’, Marte-Sol, 1/9, es 9º 25’, y Mercurio-Sol, 1, 9º 36’. La media de estos cuatro es casi exacta para la fecha.

     En ninguno de estos casos me he referido a los ángulos, porque la hora de nacimiento no está registrada con suficiente exactitud.


Otros textos de Carter sobre direcciones simbólicas:

La predicción del matrimonio
La predicción de la muerte
 
Programa para calcular direcciones simbólicas:
Direcciones simbólicas de clave armónica


© 2007, Julián García Vara, por la traducción.

jueves, 9 de mayo de 2013

Alan Leo, 10. Conversión de arcos de dirección en tiempo




El horóscopo progresado
Alan Leo

PARTE IV, Capítulo XXVIII

SOBRE LA IGUALACIÓN DE ARCOS DE DIRECCIÓN. MEDIDAS DE TIEMPO

      Cuando se ha averiguado el arco de dirección, se expresa siempre en grados y minutos ecuatoriales, es decir, en Ascensión Recta. Este arco muestra en realidad cuántos grados pasan a través del meridiano mientras la dirección está en proceso de formación. Entonces es necesario saber en qué período de la vida producirá su efecto la dirección; hemos de ser capaces de igualar los grados y minutos de arco con años y meses de vida. En diversas ocasiones se ha sugerido una variedad de métodos para efectuarlo y lo que sigue es un resumen de los más importantes.


I. EL MÉTODO DE PTOLOMEO

       En este método, cada grado de Ascensión Recta corresponde a un año de vida. Este es el más sencillo y el más empleado de todos y el que hemos utilizado nosotros en los capítulos anteriores. El estudiante hará bien en seguirlo.



      Una vez que se tiene un arco de dirección, se transforma en tiempo de manera aproximada contando un año por cada grado, un mes por cada cinco minutos de arco, seis dias por cada minuto de arco, un día por cada diez segundos de arco. El tiempo así obtenido es la edad en la cual se presume que se cumplirá la dirección.

      Por ejemplo, en la dirección (1) el arco de dirección es 6º 0'. Como un grado equivale a un año, la dirección se cumple en la fecha del sexto cumpleaños, 1 de octubre de 1853. Esto nos ha resultado muy sencillo, ya que sólo hemos tenido que reproducir el día y mes de nacimiento y sumar seis años. Algo más complicado es determinar la fecha de cumplimiento de la dirección (20), por ejemplo, cuyo arco es 19º 44 ½'. En este caso, hemos de sumar a la fecha de nacimiento 19 años por los 19 grados, 8 meses por 40 minutos, y 27 días por los 4 minutos y medio restantes. Sumando 19 años a la fecha natal llegamos al 1 de octubre de 1866; 8 meses más nos llevan, más o menos, al 1 de junio del año siguiente, 1867; 27 días más, al 28 de junio de 1867.


      Otra manera de determinar las fechas de cumplimiento de las direcciones es utilizar el programa SIMBOLICAS.zip. Aunque este programa fue diseñado para otros propósitos, concretamente, como su nombre indica, para trabajar con direcciones simbólicas, sirve perfectamente para direcciones primarias, usándolo con cierta inteligencia. Repasemos estos dos ejemplos, ahora con nuestro programa fechador.

      Una vez descomprimido y abierto el programa, verá una pantalla donde se le pide que introduzca la fecha del radix en GMT. No olvide este detalle. El programa no tiene en cuenta automáticamente los husos horarios ni los cambios de hora de verano. La entrada de datos debe hacerse en tiempo universal, que es el del meridiano cero, y las fechas resultantes se dan también en GMT. En nuestro ejemplo, apenas hay que modificar unos segundos.
Día : 1            Mes : 10            Año : 1847
Hora : 17            Minutos : 29            Segundos : 45
       A continuación, se nos pide que introduzcamos los puntos en aspecto por dirección. En el uso normal del programa, aquí deberíamos introducir la longitud eclíptica de un planeta y la del punto de aspecto hacia el cual queremos dirigirlo. Pero eso es en direcciones simbólicas, y ahora estamos en primarias. Entonces tendremos que valernos de una estratagema. Como Factor dirigido usaremos siempre el grado cero de Aries, que lo introducimos como Signo Aries, Grado 0, Minuto 0, Segundo 0 y como Punto receptor usaremos el arco de dirección. Ahora bien, dado que el programa pide el punto receptor en formato de signos y no en grados absolutos, debemos acomodar el arco de dirección a ese formato, de manera que, por ejemplo, un arco de 40º 25' lo introduciremos como si se tratara de 10º 25' de Tauro. De momento, limitémonos a introducir el arco de la dirección (1), que era 6º 0', y debe introducirse como si fuera 6º 0' de Aries, es decir, Signo Aries, Grado 6, Minuto 0, Segundo 0

      Cuando estemos usando el programa, como ahora, para fechar arcos primarios, el Sentido será siempre Directo, aunque se trate de una dirección inversa. En Periodo escogemos Año tropical. En Clave armónica escribiremos 360, que es la que corresponde al método de Ptolomeo, como enseguida explicaremos.  El resultado que da el programa es:
Fecha de cumplimiento: 1/10/1853             4:22:21 GMT            Edad: 6.000000
      A pesar de que se ofrece una hora exacta, esto no debe tomarse al pie de la letra. La Pulsación es un dato que nos indica el margen de error con el que trabaja el programa, que es diferente en cada caso. Significa que, en el supuesto de que se le hayan suministrado datos exactos, la hora de cumplimiento no se alejará (en este ejemplo) más de 2 horas 26 minutos 6 segundos respecto de la hora de cumplimiento indicada.

      Para calcular una segunda fecha para este mismo horóscopo, no necesitamos volver a introducir todos los datos; nos basta con modificar el arco de dirección (en Punto receptor). Escribimos, pues, ahora el arco de la dirección (20), como Signo Aries, Grado 19, Minuto 44, Segundo 30. Entonces hemos de pulsar Calcular para ver el resultado de este cambio:
Fecha de cumplimiento: 29/06/1867             5:14:59 GMT            Edad: 19.741667
      La diferencia con nuestro anterior cálculo aproximado es de apenas un día.

       En cuanto al significado de la aquí llamada Clave armónica, ésta no es otra cosa que el número por el cual hay que dividir los 360 grados del zodíaco (o del ecuador o de cualquier otro círculo) para obtener como resultado el avance de un planeta dirigido por unidad periódica. En nuestro ejemplo, la unidad periódica es el año trópico. Entonces, para obtener un avance anual de un grado, el divisor de 360 requerido es también 360.

      



II. EL MÉTODO DE NAIBOD

       Aquí cada grado de A.R. corresponde a un año, cinco días, ocho horas; y cada minuto de arco a seis días cuatro horas. Dicho de otro modo, el promedio de movimiento diario del Sol representa un año de vida. De ello derivamos la tabla siguiente:

TABLA DE NAIBOD PARA LA MEDICIÓN DEL TIEMPO
Medición del Tiempo por Grados
Medición del Tiempo por Minutos
Grados de arco
Años Días
Minutos de arco
Días Horas
0 0 0 0 0 0
1 1 5 1 6 4
2 2 10 2 12 8
3 3 16 3 18 13
4 4 21 4 24 17
5 5 26 5 30 21
6 6 32 6 37 1
7 7 37 7 43 6
8 8 43 8 49 10
9 9 48 9 55 14
10 10 53 10 61 18
11 11 59 11 68 23
12 12 64 12 74 3
13 13 69 13 80 7
14 14 74 14 86 11
15 15 80 15 92 16
16 16 85 16 98 20
17 17 90 17 105 0
18 18 96 18 111 4
19 19 101 19 117 9
20 20 106 20 123 13
21 21 112 21 129 17
22 22 117 22 135 21
23 23 122 23 142 1
24 24 128 24 148 6
25 25 133 25 154 10
26 26 138 26 160 14
27 27 144 27 166 18
28 28 149 28 172 23
29 29 154 29 179 3
30 30 160 30 185 7
31 31 166 31 191 11
32 32 171 32 197 16
33 33 177 33 203 20
34 34 181 34 209 0
35 35 186 35 216 4
36 36 192 36 222 9
37 37 197 37 228 13
38 38 202 38 234 17
39 39 208 39 240 21
40 40 213 40 247 2
41 41 218 41 253 6
42 42 224 42 259 10
43 43 229 43 265 14
44 44 234 44 271 18
45 45 240 45 277 23
46 46 245 46 284 3
47 47 250 47 290 7
48 48 256 48 296 11
49 49 261 49 302 16
50 50 266 50 308 20
51 51 272 51 315 0
52 52 277 52 321 4
53 53 282 53 327 9
54 54 288 54 333 13
55 55 293 55 339 17
56 56 298 56 345 21
57 57 304 57 352 2
58 58 309 58 358 6
59 59 314 59 364 10
60 60 320 60 370 14


       Podemos transformar un arco de dirección en otro equivalente, ajustado a la medida de Naibod, expresándolo en notación decimal y dividiendolo por 0.985647334527835. Esto es lo que hace nuestra hoja de cálculo, en su pestaña denominada "Naibod", la cual tranforma los datos a notación sexagesimal. Por ejemplo, la dirección (1) queda como 6º 5' 15". Por tanto, la fecha de cumplimiento se demorará por un mes y un día y medio (6 años, 1 mes, 1,5 días). Si introducimos el nuevo arco de dirección en nuestra programa de cálculos de simbólicas nos dará como nueva fecha de cumplimiento de la dirección (1) el 2/11/1853. También podemos mantener el arco de dirección original y modificar la clave armónica a 365,2422 que es la duración media del año trópico.

      



III. EL MÉTODO DE SIMMONITE

       Es parecido al de Naibod pero emplea el movimiento diario real del Sol después del nacimiento y no el movimiento medio. La A.R. del Sol a mediodía cada día después del nacimiento debe conocerse o calcularse por medio de las Efemérides. Si decimos que la A.R. del Sol a mediodía en el día del nacimiento es 0º 0', su aumento al mediodía siguiente será la medida para el primer año; su movimiento hacia el mediodía del segundo día corresponderá al final del segundo año, y así sucesivamente.

       De ahí que tenga que confeccionarse una tabla para cada horóscopo. Simmonite confecciona una para la natividad de la reina Victoria, nacida el 24 de mayo de 1819, 4h15m a.m., en Kensington, Londres. He aquí la ilustración:

Año Arco Año Arco Año Arco
1 1º 01' 5 5º 04' 9 9º 08'
2 2º 02' 6 6º 05' 10 10º 09'
3 3º 03' 7 7º 06' 11 11º 10'
4 4º 03' 8 8º 07' 12 12º 11'



       Cualquier arco de dirección que no exceda de 1º 1' se producirá durante el primer año de vida; cualquier arco entre 1º 1' y 2º 2', durante el segundo año de vida; cualquier arco entre 2º 2' y 3º 3', durante el tercer año de vida; y así sucesivamente. La medida para meses impares se obtiene dividiendo el aumento de años por 12. Por ejemplo, si el arco de dirección es 7º 23', la tabla indica que esto correspondería a la edad de 7 años y algunos meses. El arco para 7 años exactos es 7º 6'; por consiguiente, el exceso corresponde a 3 ½ meses, suficientemente cerca; y el arco entero corresponde a 7 años y 3 ½ meses.

       Hay que confeccionar una nueva tabla para cada horóscopo porque el movimiento real del Sol varía durante los diferentes meses del año.

       En tanto que este método de igualar arcos manifiesta ingenio al tomar como norma el movimiento real del Sol, en vez de una constante como el 1º ptolemaico o un promedio como el movimiento medio de Naibod, es susceptible de ser criticado debido a que confunde las Direcciones primarias y secundarias. Los arcos que hay que igualar son primarios; pero hacer del movimiento del Sol en el primer día de la vida la medida para el primer año; de su movimiento en el segundo día de la vida la medida para el segundo año, etc., equivale a aplicar la medida secundaria de un día por año al sistema primario. Muchos astrólogos han sostenido, y aún sostienen, la idea de que las direcciones primarias y secundarias se verá en definitiva que no son más que dos partes de un todo, y que se demostrará que no se oponen unas a otras como con frecuencia se supone; pero este método de igualación es inadecuado como conciliación y creemos que hoy en día no son muchos los astrólogos que lo emplean.

       Un método más congruente que ha sido utilizado por algunos estudiantes consiste en emplear el movimiento real del Sol en A.R. en el día del nacimiento como medida del tiempo para la vida entera. Este método no se opone a la idea de que las direcciones primarias se completan en unas pocas horas después del nacimiento.


IV. EL MÉTODO DE PLACIDUS

       Añadir el arco de dirección a la A.R. del Sol en el nacimiento. Cuando el Sol en su movimiento diario después del nacimiento llega al punto de A.R. así indicado, la dirección actuará, siendo la medida del tiempo un día por un año y dos horas por un mes. La A.R. se convierte en longitud por medio de la Fórmula II y las Efemérides indicarán cuando llega el Sol a esta longitud.

       Este método ha sido muy empleado por los astrólogos en el pasado. No se diferencia mucho del de Simmonite y se presta al mismo comentario de que parece un tímido intento de conciliar las direcciones primarias y secundarias. Además, sabiendo que un arco de dirección es en realidad el número de grados que pasan a través del meridiano mientras la dirección se halla en proceso de formación, no es fácil ver por qué unos grados del meridiano habrían de añadirse a la posición del Sol en alguna otra parte del horóscopo. Si el Sol estuviese exactamente sobre el meridiano, el método quizá fuese acertado, pero cuesta trabajo ver cómo puede serlo cuando el Sol se halla en otra parte.


V. EL MÉTODO DE C.C. MASSEY

       El siguiente método de dirección e igualación fue publicado en Modern Astrology por el famoso místico, el malogrado C. C. Massey, en diciembre de 1904. No está claro por qué él atribuya a Ptolomeo una medida tal como la de un grado de longitud. En el Tetrabiblos, Libro III, Cap. XIV, se lee: "tomándose cada grado ecuatorial como significando un año solar". Eso es A.R., no longitud; pero el método es sumamente interesante y aún no ha sido suficientemente comprobado. Massey escribe:
       I. La presentación que usted hace del horóscopo de la reina Victoria en su número de octubre me induce a enviarle la siguiente corrección en el cálculo de la dirección secundaria (considerada como primaria por Placidus), lo cual resuelve el problema de llevar Júpiter exactamente al meridiano como la dirección correspondiente a la subida al trono.
       El método que se indica en todos los libros y que siempre se sigue es el de asignar un día por un año, y proporcionalmente por meses y semanas adicionales. Ello significa, sin razón aparente, apartarse de la medida ptolemaica del tiempo en la dirección primaria, que asigna un grado de longitud para un año y así proporcionalmente. Mi sugerencia es la siguiente:
a) Aplicar esta medida a la dirección llamada ahora secundaria, por adición a la longitud del Sol en el nacimiento, y
       b) Considerar el día = año como determinado, no por el tiempo cronológico, sino por una distancia equivalente -no igual- del Sol con respecto al meridiano.
       A modo de ilustración, y también para verificación, si es que un ejemplo puede servir de algo, permítaseme tomar la dirección correspondiente a la subida al trono por la reina Victoria, 20/6/1837:
       Desechando los segundos, la dirección, 18º 4', es, desde el Sol en el nacimiento, 2º 7' de Géminis, a 20º 11' de Géminis, con A.R. 79º 19', Decli. 23º 6', Semi-Arco 122º 26'. Hay un ligero error en el diagrama de usted de 12' en la A.R. de meridiano, porque usted (con Mr. Pearce en Science of Stars) tomó el tiempo del nacimiento dado como tiempo local, mientras que seguramente es tiempo cronológico o tiempo (medio) de Greenwich. Por consiguiente, debe efectuarse una deducción proporcional para el meridiano en Kensington Palace, 51 segundos menos que Greenwich. Esto nos da 2º 12' de Acuario en ese meridiano, con A.R. 304º 28', y D.M. del Sol 115º 33'. Ahora bien, para hallar el meridiano en la dirección, llevar la longitud del Sol de entonces a la D.M. equivalente, por proporción de semi-arcos, a la del Sol en el nacimiento. Así: El semi-arco del Sol rad., 118º 13', es a la Distancia Meridiana del Sol de entonces 115º 33', como el semi-arco del Sol en la dirección, 122º 26', es a la Distancia Meridiana en la dirección, 119º 40'.


Por logaritmos (c.a.)           9.81741  
              19250  
              16737  
          
   17728

     = 119º 40'


       El meridiano, por consiguiente, A.R. de Sol 79º 19' (439º 19') menos 119º 40' = 319º 39', siendo la A.R. de Júpiter en el nacimiento 319º 37', dirección obtenida sin ninguna rectificación del tiempo del nacimiento dado, y, digo yo, por un procedimiento completamente racional.
       He probado este método con éxito en otros casos, pero no pretendo que el resultado sea siempre satisfactorio. ¿Para qué método de dirección puede pretenderse esto? Pero espero que usted o sus expertos lectores traten de comprobarlo.

       II. A lo anterior voy a añadir otro modo de dirigir, mediante el cual se obtiene el mismo resultado para el mismo acontecimiento en la misma natividad. Pero son necesarias unas palabras de explicación o de justificación.
       Nadie pondrá objeción alguna a la anterior simple dirección de Sol en el zodíaco, porque simplemente sustituye el avance exacto proporcional de Sol (o el equivalente de longitud de tiempo observado en la dirección zodiacal primaria) para el avance diurno, que no guarda esa proporción. Pero ahora tengo que proponer una innovación más atrevida. No veo por qué cualquier planeta no habría de ser dirigido de un modo similar, prescindiendo de su proporción real de movimiento. En un caso como en otro hemos operado con el día = año de la antigua dirección secundaria. Todo grado del zodíaco representa al Sol en ese punto y sea cual fuere la proporción de revolución de un planeta, para el fin de dirigir, podemos igualar su distancia desde cualquier otro punto zodiacal sobre el principio de grado = año.
       Es, en suma, el tiempo proporcional del Sol lo que determina el período representado en Astrología por las distancias zodiacales.
       Por este método de dirigir yo no concibo en absoluto el planeta como saliendo de su lugar en el nacimiento, sino que finjo que el Sol está avanzando desde ese lugar hacia el punto direccional y luego procedo del modo siguiente (en el caso de la ascensión al trono de la difunta reina):
       La longitud de Júpiter es 16º 57' de Acuario, a la que añado 18º 4' para el año de la ascensión al trono, llevando la longitud a 5º 1' de Piscis, con A.R. 336º 52', Decl. 9º 40 ½', Dif.Asc. 12º 23', semi-arco diurno 77º 37'. Ahora llevo esta longitud, 5º 1' de Piscis, a la distancia meridiana correspondiente a la del nacimiento, que es 15º 9'.
       Esta correspondencia se obtiene, naturalmente, por proporción de los semi-arcos, así:
Semi-Arco de Júpiter en el nacimiento 68º 18'
Es a D.M. de Júpiter en el nacimiento 15º 19'
Como el Semi-Arco de la longitud direccional (5º 1' de Piscis)             77º 37'
Es a D.M. de 5º 1' de Piscis 17º 14'
Que es D.M. de 5º 1' este del Meridiano, por lo tanto,
A.R. de 5º 1', 336º 52' - D.M. 17º 14' = A.R. de Meridiano      

319º 38'
A.R. de Júpiter en el nacimiento 319º 37'


       Así, por la dirección del Sol desde el lugar de Júpiter, ese planeta es llevado exactamente al Meridiano, como también por la dirección del Sol desde su propio lugar, siendo en ambos casos llevada la longitud direccional a la posición mundana de las longitudes desde las cuales se calcula la dirección, siendo observada, naturalmente, la latitud en el caso de Júpiter o de cualquier otro cuerpo planetario.

      Las sugerencias que aquí se han hecho abren el campo a una discusión muy interesante. La verdadera cuestión que se suscita es mucho más profunda de lo que parece a primera vista, a saber: "concediendo que un movimiento longitudinal solar de 1º es equivalente a un año, ¿por qué habría de ser así, viendo que el Sol no se mueve exactamente 1º durante un día o durante alguna fracción integral de un año?"

       Sin embargo, en su aspecto práctico, el método simplemente pide ser comprobado, y esperamos que todos los estudiantes de direcciones harán la prueba de este método en cualquier natividad de irreprochable exactitud.


SUMARIO DE LAS MEDIDAS DE TIEMPO

       El lector reflexivo que haya considerado con atención el nuevo método propuesto por Mr. C.C. Massey, se dará cuenta de que el mundo de la astrología cuenta ahora con un formidable pertrecho de medidas de tiempo rivales. Quizá si damos un breve resumen de ellas se comprenderá mejor el tema.

A. Un grado corresponde a un año. Hay dos variedades posibles de esto, además de las modificaciones especiales antes mencionadas:

1. En ésta, el grado se toma como Ascensión Recta. Esta es la medida dada por Ptolomeo.

2. En ésta, el grado se toma como longitud. Esta es la sugerencia del Sr. C.C. Massey.

B. Un día corresponde a un año. Hay diversas variedades posibles de esto; pero probablemente bastará mencionar las siguientes:

3. El día se supone que es un día medio. Este es el método que generalmente se sigue.

4. El día se supone que es un día solar verdadero. esto quiere decir que el horóscopo progresado se calcula para el tiempo aparente del nacimiento y no para el tiempo medio. Una explicación de este método se da en el manual astrológico titulado Directions and Directing.

5. El día se supone que es lo que, por conveniencia, puede llamarse un día mundano; es decir, termina cuando el Sol vuelve a la posición mundana exacta desde la cual partió. El horóscopo progresado se calcula para el tiempo en que la distancia meridiana del Sol se halla en la misma proporción con su semi-arco en que se hallaba en el nacimiento.

      Esta es la clase de día empleada por el Sr. C.C. Massey (véase su sugerencia b) y fue también presentada independientemente en el manual Directions and Directing, donde se da una ilustración práctica.

       Un estudiante familiarizado con las matemáticas del tema podría en realidad emplear cualquiera de estas clases como la medida en uno o en otro de los dos sistemas de dirigir, variando la aplicación según si se aplicaba a la progresión del meridiano o a la del Sol. Cuando se aplica a la progresión del meridiano por la rotación axial de la tierra, el sistema se llama Primario; cuando se aplica a la progresión del Sol en el zodíaco por la revolución orbital de la tierra, el sistema se llama Secundario.



OTRAS MEDIDAS DE TIEMPO
       La observación de Alan Leo de que "el mundo de la astrología cuenta ahora con un formidable pertrecho de medidas de tiempo rivales" fue formulada por él cuando el número de estas medidas era aún muy pequeño en comparación con la proliferacion creciente de las mismas que sería impulsada, algunos años después, por su discípulo y sucesor en la presidencia de la Sociedad Teosófica londinense, Charles E.O. Carter. Aunque las series de medidas recogidas y ampliadas por Carter, y, más tarde, por Raitzin, Kores y otros, se aplicaban a direcciones simbólicas medidas en la eclíptica, no hay ninguna razón por la cual los principios matemáticos que las sustentan no puedan trasladarse con igual eficacia a direcciones primarias mundanas o zodiacales.

       A grandes rasgos, y siguiendo en esto al propio Carter, (véase su trabajo Direcciones Simbólicas en Astrología Moderna) podemos clasificar las claves temporales de direcciones en astronómicas y simbólicas. Las primeras están basadas en medidas realmente observadas en ciclos astronómicos, mientras que las segundas aplican medidas matemáticas ideales. El propio Carter advierte, con razón, que ninguna de las medidas usadas comúnmente en astrología es ni puramente astronómica ni puramente simbólica, ya que todas combinan elementos de ambas. La clave de Ptolomeo de un grado por año es simbólica en el sentido de que los planetas no se mueven realmente en el cielo a esa velocidad, pero la segunda parte de la ecuación, es decir, el año, es una medida astronómica. La medida de Naibod que equipara el movimiento medio del Sol en un día con el de un planeta dirigido en un año, pone medidas astronómicas a ambos lados de la ecuación; en ese sentido es una clave astronómica; pero la equiparación misma es simbólica, como también lo es el uso de un valor medio para el movimiento del Sol en lugar de su movimiento real.

       Unas y otras se apoyan en el principio general de la resonancia de ciclos. Las astronómicas ponen en relación dos ciclos astronómicos de distinta duración, trasladando la velocidad de uno de ellos a los movimientos del otro. Las simbólicas ponen en relación una serie matemática pura o ciclo rítmico ideal con un ciclo astronómico.

       Dentro de las claves simbólicas podemos distinguir entre claves armónicas y claves inarmónicas, pero no en el sentido de que las primeras estén asociadas con acontecimientos venturosos y las segundas con situaciones difíciles, sino en el puramente matemático de que las claves armónicas se obtienen dividiendo el círculo de 360 grados por números enteros, por un procedimiento similar al que sirve para calcular las cartas armónicas, popularizadas por Addey. Por el contrario, las claves inarmónicas no pueden derivarse de estas divisiones por números enteros.

       Es notable que, sin haberse percatado de esto sus autores, casi todas las claves de direcciones simbólicas que se han propuesto hasta ahora como máximamente eficaces encajan dentro de la categoría de claves armónicas. En concreto, la totalidad de las llamadas "multiclaves de Spicasc", en todas sus series, son claves armónicas derivadas de enteros múltiplos de 9. Y prácticamente todas las de Carter, con la sola excepción de unas pocas claves fraccionarias, consideradas como débiles por el propio Carter, pero que, a pesar de todo, encajan como partes enteras dentro de claves armónicas mayores.

      Mi contribución personal al tema de las claves de dirección descansa básicamente en esta observación, que me lleva a extender el número de las claves a tantas como enteros pueden usarse para dividir el círculo de 360 grados; desde luego, dado que los enteros son infinitos, esto produce un número infinito de claves. Pero hay dos procedimientos para acotar ese número a unos términos manejables. El primero consiste en la aplicación del concepto, tomado de la psicología, de umbral sensorial, según el cual no podemos percibir ni las magnitudes muy bajas ni las muy altas de un estímulo determinado, sino sólo las que se hallan entre dos límites que funcionan como umbrales. De ese modo, podemos descartar las claves de dirección que producen velocidades demasiado rápidas y todas las que siguen a un cierto nivel de lentitud, que habrá de ser determinado experimentalmente. En segundo lugar, existen procedimientos matemáticos para determinar la intensidad relativa que, a priori al menos, debe corresponder a cada una de las claves. Esta intensidad se traduce en unos valores matemáticos que podemos denominar armodinas y registrar en tablas. Para ello se estudian las resonancias internas de las series sucesivas y las acumulaciones de múltiplos y de pares equivalentes. No es este el lugar para explicar esos detalles, que dan para un extenso capítulo y hasta para un libro completo. Pero habla en favor de estos procedimientos el hecho observado de que las claves que el análisis matemático destaca como de primera magnitud son las mismas que experimentalmente o por ensayo y error han considerado como las más fiables e intensas aquellos astrólogos que han investigado el asunto a pie de campo. Por ejemplo, la clave 60 (360º/60 = 6º por año), en el C60 de D. Santos; la clave 72 (360º/72 = 5º por año), en el "reloj de la vida" de Huber, la clave 84 (360º / 84 = 4º 17' 8.57" por año), en la medida septenaria de Carter, el "punto de la vida" de Frankland o la Proluna de B. Cristoff; la clave 630 (360º / 630 = 0º 34' 17.1"), de Frankland, etc.


      Como instrumento experimental, ofrecemos aquí una tabla de armodinas, válida tanto para arcos primarios como para direcciones simbólicas clásicas. Esta presunta validez sobre arcos primarios de un sistema de claves diseñado originalmente para direcciones simbólicas, no se apoya únicamente en especulaciones teóricas, sino que es avalada también por los trabajos estadísticos de Gauquelin. Éstos se realizaron sobre la esfera mundana, y sus resultados supusieron un verdadero quebradero de cabeza para muchos. Las máximas aglomeraciones de, por ejemplo, Marte en cartas natales de militares, tenian lugar cerca de los Ángulos de la carta, pero no en las casas angulares ni en los mismos ángulos, sino más bien cerca de la mitad de las casas cadentes, que son las que preceden a los ángulos. Ahora bien, los planetas situados a esa distancia de los ángulos son los que, por direciones primarias (mundanas inversas y zodiacales directas) y simbólicas harán conjunción con los ángulos más o menos a la misma edad en que la persona decide su futuro profesional. ¿Por qué entonces los planetas no se aglomeran por igual a distancias semejantes antes y después de los ángulos, ya que hay direcciones directas y conversas? Tal vez la respuesta sea que, en lo que se refiere a este asunto, las direcciones que se mueven en el orden de los signos del zodiaco tienen más eficacia que las que siguen el movimiento de las agujas del reloj. Sea lo que fuere de ello, veamos ahora como podemos sacar partido, a la vez, del programita de fechas y de la tabla de armodinas.

       Usaremos un ejemplo nuevo. Necesitamos calcular el arco de dirección "Mercurio conjunción Medio Cielo, mundana directa. Para completar esta dirección, Mercurio debe alcanzar primero la cúspide de la casa VII, despues recorrer todo su arco nocturno y, finalmente, su semiarco diurno. Mercurio está 5º 34' encima de la cúspide de la Casa VII, su semi-arco nocturno, que debe tomarse dos veces, es 97º 52', y su semi-arco diurno 82º 8'. El arco de dirección se hallará sumando todo esto:
(60) Mercurio conjunción M.C. mund dir = 5º 34' + 97º 52' + 97º 52' + 82º 8' = 283º 26'
      Abrimos nuestro programa fechador, introducimos todos los datos necesarios en la forma que se indicó más arriba. Como Punto receptor introducimos el arco de dirección, que es 283º 26', como si fuera 13º 26 de Capricornio, es decir, como Signo 10, Grado 13, Minuto 26, Segundo 0. Obtenemos como fecha de cumplimiento de esta dirección el día 8 de marzo del año 2131, a la edad de 283,43 años. Calcular direcciones para esas edades parece una perdida de tiempo, pero aún podemos sacarle provecho a nuestro cálculo buscando en nuestra tabla de armodinas una clave más rápida que, a la vez, sea potente.

       La clave 84, que mueve al planeta dirigido a una velocidad de 4°17'08.57" por año, tiene una buena valoración, un peso de 3,44, además de contar con el respaldo de numerosos astrólogos que hacen amplio uso de ella. Cambiando la clave de Ptolomeo, 360, por esta clave 84, obtenemos como nueva fecha de cumplimiento 19 de noviembre de 1913, a la edad de 66 años, lo cual es bastante más razonable. Pero otra clave incluso más importante que ésta es la 60, que mueve los planetas a 6 grados por año, y tiene un peso estimado en 3,86 . Según ella, la dirección se notaría cerca del 27 de diciembre de 1894, a los 47 años de edad.

       De este modo, no solamente no habrá ningún aspecto que no pueda ser activado por una dirección primaria incluso en un periodo de vida relativamente breve, sino que dispondremos de numerosas oportunidades de experimentar una misma dirección, aunque a distinta escala.

      No se trata aquí, como sugerían las palabras de Alan Leo, de medidas rivales, sino de medidas complementarias, que forman series recurrentes, semejantes al oleaje del mar rompiendo sobre la playa, que una y otra vez nos trae una ola semejante a la anterior (una misma dirección, a una velocidad algo distinta), pero algunas veces las olas vienen hinchadas, el mar se encrespa, y lo que una de las veces anteriores fue una suave caricia del agua sobre nuestro pies desnudos, se transforma en una gigantesca ola (la dirección bien cargada de armodinas)que nos engulle y nos arroja sin piedad contra barcas o muros.

      No solamente se repite una misma dirección por claves diferentes en distintas fechas, como acabamos de ver, sino que también puede repetirse una misma dirección por una misma clave. Por ejemplo, la dirección (1), cuyo arco era de 6º, se cumpliría en 1 año por la clave 60, dado que esta clave mueve los planetas a 6 grados por año. A esa velocidad, el planeta retornaría al punto de partida en 60 años, ya que el número de la clave y la duración de su ciclo en términos del periodo elegido siempre coinciden. Pero el ciclo no se detiene ahí, de modo que el punto de aspecto que ya había sido alcanzado a la edad de 1 año, es alcanzado de nuevo a la edad de 61. Esto es lo que el programa refleja como Ciclo 2, que puede modificarse a voluntad.

       Finalmente, también podemos escoger otro período resonante distinto del año, de modo que, por ejemplo, cada grado valga por un dia, o por un mes, ya sea trópico, sideral o sinódico. Usar el día en lugar del año, por ejemplo, permite (como de hecho he tenido ocasión de constatar) recabar información interesante referente a niños que tuvieron la desgracia de enfermar gravemente y morir después de tan sólo unas semanas de vida.

       Para usar el programa con direcciones simbólicas se hace todo igual, excepto que como Factor dirigido se sitúa la longitud eclíptica de planeta dirigido, en formato de signos. Y como Punto receptor la longitud eclíptica del punto de aspecto. Ensaye libremente las distintas combinaciones y posibilidades del programa y de las claves de dirección y juzgue por sí mismo.